A 70 años del Glorioso campeón del 46
Un 8 de diciembre de 1946 San Lorenzo venció a Ferro por 3 a 1 en Caballito ganando de forma brillante el campeonato local. Aquel equipo con su famoso terceto de ataque Farro-Pontoni-Martino que logró 90 goles, prolongó luego su éxito con una prestigiosa gira por España y Portugal.
Aquella calurosa tarde el estadio de Ferro estaba abarrotado de público como en jornadas gloriosas. Tantos eran los presentes que muchos se quedaron afuera pero otros subían los paredones para ver a la “octava maravilla del mundo” como fuera. San Lorenzo llegó a la fecha final con 2 puntos de ventaja por sobre Boca y con solo empatar se aseguraba su tercer título profesional.
El Ciclón salió al campo con su equipo insigne: Blazina; Vanzini y Basso, Zubieta, Grecco y Colombo, Imbelloni, Farro, Pontoni, Martino y Silva. Superados los nervios iniciales San Lorenzo abrió el marcador a los 23m, cuando Martino capturó un rebote del arquero Rizzo tras un tiro de Farro, convirtiendo el primer gol. El partido sufre varias interrupciones por el público sanlorencista que desborda de alegría ante cada emoción del juego.
En el segundo tiempo a los 10m Pontoni de cabeza tras un centro de Zubieta anota el segundo gol que sentencia el juego. Ferro descontó a los 33m por medio de Cacheiro aunque aquello no hizo peligrar el marcador. Algunos minutos después y luego de un cabezazo de Martino desviado al poste, otra vez el público azulgrana invade el campo al grito de Campeones!
El público es dispersado pero muchos permanecen a los costados del campo de juego para observar a sus ídolos de cerca. A los 43m Pontoni le cede la pelota a Martino que no llega, pero si lo hace el puntero Silva que anota el tercer gol. Poco después del final una marea humana lleva en andas a los campeones.
El presidente de San Lorenzo Domingo Peluffo declaró sobre el equipo campeón: “Considero que este es el triunfo de todos y que el campeonato, uno de los campeonatos más disputados y trabajosos, tiene un buen depositario. A la moral que evidenció el conjunto se unió la camaradería entre sus integrantes y el constante apoyo de un público que no supo de distancias para hacerle llegar su estímulo”.
Quince días después San Lorenzo partió hacia España, en su primera visita al viejo continente. Allí inició una gira que dejó bien sentado el prestigio del fútbol criollo, de balón al piso y toque corto. San Lorenzo goleó dos veces al Seleccionado español y luego prolongó su andar en Portugal convirtiéndole 10 goles a los lusitanos. Dichas exhibiciones de fútbol aún son recordadas en el viejo continente por la perfección en el juego que mostraron los sanlorencistas. Su huella es eterna.