El Conde de Boedo

El futbolista lujoso del San Lorenzo Campeón de 1995, fue entrevistado por El Gráfico. Recordó sus inicios y su paso por el equipo azulgrana.

El Conde recordó su paso por el Ciclón.

El Conde recordó su paso por el Ciclón.

Debutó en 1990 en la Academia cordobesa y se retiró en el mismo club del barrio Nueva Italia en el 2003. Durante esos años de carrera tuvo pasos exitosos por Talleres, Lanús, San Lorenzo, Panathinaikos de Grecia. Su hoja de vida dice que disputó 440 partidos oficiales y convirtió 4 goles. Además, formó parte de la Selección cuando Daniel Passarella era el técnico. Pero su momento cúlmine, el de la consagración, y por el que el futbolero lo tiene bien en la memoria, fue en el Clausura de 1995, cuando fue campeón con San Lorenzo.

"Cinco años pasé en el club, llegué cuando estaba el Bambino", recuerda. En su cabeza conviven una retahíla de emociones y recuerdos al llegar a esa parte de la historia. "Quedé identificado con el club, porque encima metimos el campeonato del 95", expresa con una sonrisa.

En la carrera de Galetto, le tocó atravesar por distintos "clímax" a medida que pasaba a clubes. Racing de Córdoba distaba bastante de las presiones de Talleres. Las obligaciones en la T eran muy distintas a las que vivió en Lanús. Y ni hablar de lo que fue su mudanza al Ciclón. Otro mundo, muy distinto al que había vivenciado en sus anteriores aventuras futbolísticas.

Con esa tonada cordobesa inconfundible, mientras con la mano derecha tomaba la taza de café y con la izquierda la apoyaba en la mesita, moviendo los dedos, el Conde relata: "Ahí sí que las presión era mayor, llegaba a un club grande. Un grande que, además, hacía 21 años que no salía campeón. Había que lograr el título sí o sí. Mi primer torneo fue el Apertura 94, sale campeón River y nosotros segundos. Hicimos una gran campaña. Y al torneo siguiente, logramos el objetivo. Jugué cinco años en San Lorenzo y pasé por muchas etapas, muy buenas, buenas, malas, de todo. Fue un sueño jugar y ser campeón en San Lorenzo".

 

Ese torneo, el Ciclón lo ganó en la última fecha, tras vencer a Rosario Central por 1-0 con gol del Gallego González. El equipo del Bambino Veira obtuvo 30 unidades, una más que su escolta, Gimnasia de La Plata. Cuando El Gráfico le consulta a Galetto sobre qué es lo que más recuerda de ese campeonato, no deja terminar la pregunta y, entusiasmado, responde: "El último partido con Central. Me quedó marcado. Me acuerdo de los nervios, obvio, pero más de cuando íbamos llegando a la cancha. ¡La cantidad de gente que había! ¡Era una locura! Yo no entendía nada. Qué manera de haber gente. Explotaba. El aliento de los hinchas de San Lorenzo era impresionante. Mirá, lo cuento y se me pone la piel de gallina. Es como que lo vuelvo a sentir...".

- Esa última fecha fue histórica. Ustedes estaban segundos, Gimnasia, que enfrentaba a Independiente, lideraba...

- Claro, porque nosotros perdemos con Vélez no sé si faltando uno o dos partidos, después de local, le ganamos de pedo (sic) a Lanús y vamos a Central. Gimnasia nos había pasado y jugaba contra Independiente en esa fecha final. El fuerte del Bambino era la motivación, pero en ese momento no hacía falta nada. Uno trataba de estar tranquilo, pero era imposible. Muchos nervios. Del partido me acuerdo cuando yerra el penal Javier (Neto).

- ¿Y qué sentiste en ese momento, porque Netto no erraba nunca?

- Me dije: "Acá perdemos el campeonato". Pensé eso, porque primero nosotros teníamos que ganar sí o sí, y ellos, Gimnasia, tenían que perder. Y ya era difícil que perdieran. Ellos jugaban de local, no era sencillo. Encima, la mala suerte de que Javier falle el penal. Se complicaba, por más que veía que nosotros estábamos bien. Era una tensión increíble.

- ¿Les llegaba lo que sucedía en La Plata?

- Cuando Independiente hizo el gol, la tribuna lo gritó. Lo sentimos. Y a los pocos minutos, lo metimos nosotros y cambió todo. Y entró Marcelo Tinelli a la cancha y terminó el partido. Lo cortó ese loco (se ríe). Encima eso también: Tinelli, todos los días en su programa, estaba dale y dale con el campeonato. Era otra presión también, eh. Pero eso creo que también ayudó a que quedemos tan marcados en la historia. Fue muy fuerte, porque además hacía 21 años que no se salía campeón. Tinelli le daba una manija tremenda. Y cuando estaba terminando, apareció desde el túnel con una banda de gente y se acabó ahí.

- ¿Y cómo era el Bambino con vos? Supiste decir que te tenía de punto.

- Sí, sí, me gritaba todo el tiempo a mí. Yo era joven y pensaba: “¿Qué le pasa a este tipo conmigo? ¿Por qué me grita a mí siempre?”. Y obvio que tenía razón. En ese momento no me daba cuenta, pero me gritaba para bien mío, para ordenarme. Me tenía cortito, claro, porque yo era vago. Estaba todo el tiempo chuzándome (sic) para que no aflojara... Un día, en una práctica, desde la tribuna, me gritó: “¡¿Estás en un cumpleaños?!”. Era un jueves, y el miércoles nos habíamos juntado y me había acostado tarde. Tenía una mañana olvidable. No la agarraba en la práctica de fútbol. Nada. El Bambino se había sentado en la tribuna a tomar sol y nos miraba. Y de ahí me gritó: “¡¿Qué estás, en un cumpleaños?!”. Y todos mis compañeros se empezaron a cagar de risa. Me comí una gastada. Hasta el día de hoy me lo recuerdan. El Bambino tenía esos arranques. En la pretemporada, a veces, al Pampa Biaggio no lo dejaba practicar, porque decía que se le iba a romper. “El es de cristal”, decía, y lo hacía quedar en el colectivo. No hacía la parte fuerte, porque lo quería cuidar bien.

- Ese equipo tenía a tipos fuertes como Ruggeri, Silas...

- Ruggeri imponía su presencia en la cancha. Pero en el vestuario era uno más. Ya era campeón del mundo, pero sumaba, apoyaba. Hicimos una buena amistad con el Cabezón. Fue muy lindo compartir el vestuario y jugar con él. Y con Silas también, crack. Bien brasilero. Era una cosa de amor y odio, en un mismo partido. Por ahí lo puteabas porque desaparecía y por ahí aparecía y hacía un quilombo. Cuando estaba iluminado, hacía cada cosa... Te salía con esos pasitos, esa bicicleta. Tuve muy buenos compañeros en San Lorenzo y grandes jugadores como Pipo Gorosito o el Beto Acosta.

 

- ¿De las malas en San Lorenzo, cuál recordás?

- Cuando se tuvo que ir el Bambino. Fue después de una racha de no sé cuántos partidos sin ganar. Y cuando nos eliminó River de la Copa Libertadores.

Fuente: Revista El Gráfico

Mundo Azulgrana

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Sitio web y programa de radio dedicado al Club Atlético San Lorenzo de Almagro

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