Así fue la ultima elección en Av. La Plata

Aquellos eran tiempos por demás oscuros en nuestra querida institución. El primer equipo se había salvado del descenso en el metropolitano por solo tres puntos y sobrevolaban los juicios de toda índole. La división del club en infinidad de fracciones políticas marcaban el descontento general. Finalmente se presentaron tres listas al comicio.

De la elección resultò vencedora la lista blanca opositora que consagrò como presidente a Vicente Juan Marìa Bonina, que acompañado por Aldo Rodrìguez y el dr Enrique Larrandart obtuvo 2302 votos. Lo secundò Nueva Lista Sanlorencista en segundo lugar con 2048 sufragios, liderada por el dr Carlos Ernesto Ure, Oscar Vaqueiro y Alberto Guida. Por último en tercer lugar la lista El Gasòmetro, que imponía las candidaturas del Coronel Fernando de Baldrich, acompañado de Orfilio Hipòlito Benedetti y Mario Cabrera, alcanzò los 1729 votos.

Bonina era un hombre ajeno a la politiquerìa del club y llegaba impulsado por el expresidente Oscar Valiño (1971-76), alejado de San Lorenzo luego de ser acusado de malos manejos de las cuentas del club. Sin embargo muchos sostenían que con èl volvían los títulos (bajo su gestión se había logrado el doble campeonato del 72 y el del 74, como asì también se habían vendido los ricos planteles azulgranas), asì que Valiño fue el hombre “fuerte” del fútbol de esa “funesta” comisión. La historia es conocida. El desastre deportivo e institucional continuò y San Lorenzo descendió de categoría en 1981.

A poco de ganar Bonina declaraba: “Intentaremos lograr la habilitación del Gasòmetro. Tiraremos la tribuna que da sobre Josè Màrmol y quedarà convertido en una herradura. De ese lugar rescataremos los tablones sanos para reemplazar los que están dañados en otros sectores”. Un disparate de los tantos vertidos por este olvidable presidente, que consumado el descenso declinò su cargo llamando a la “unidad” de las agrupaciones, que distinguieron como nuevo presidente desde enero de 1982 al empresario Hèctor Habib, el “rematador” final del viejo gasómetro. La historia no los perdona..