Un día de viaje

El regreso a los entrenamientos no fue sencillo, sobre todo para aquellos que son del interior. Nicolás Mallea, de la reserva, viajó durante un día en un camión para presentarse en Ciudad Deportiva.

La felicidad de volverse a entrenar se podría decir que no tiene precio. Pero si tiene un costo y un sacrificio para poder regresar, principalmente para los juveniles de San Lorenzo que viven en el interior del país a cientos de kilómetros de la capital.

Sin vuelos aún habilitados y con costos altos para trasladarse de manera privada, la odisea para Nicolás Mallea de cómo retornar a Ciudad Deportiva comenzó. Hace dos semanas, fue convocado en la división de reserva por primera vez: “Desde ese día empecé a buscar alternativas para poder volver en algo. Con mi papá buscábamos opciones y no encontrábamos ninguna”, le contó a Mundo Azulgrana.

 

El delantero, categoría 2004, recientemente fue citado por Pablo Aimar para entrenarse con la Sub 17, pudo dar con un amigo de su padre, que tiene unas bodegas en San Juan, su provincia natal y uno de sus camioneros viajaba hasta Buenos Aires. Y así fue, como ambos, solos, arriba del camión, emprendieron viaje, un viaje que duró aproximadamente 24 horas.

Nicolás, que durmió casi todo el viaje en la cabina del camión, se hospedará en la casa de un amigo hasta tener el resultado del hisopado y así, poder sumarse sin inconvenientes a la pensión, que ya habitan Tomás Porra y Elian Irala.

 

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