López Kaleniuk, el pichón de Cóndor que quiere abrir las alas

El arquero de 19 años estará en el banco de San Lorenzo este sábado en lugar del lesionado Torrico, quien lo cobijó como su discípulo y le enseñó todos sus secretos. Conocé su historia.

Lautaro López Kaleniuk estará en el banco ante Estudiantes. Foto Juan Pelichia

Lautaro López Kaleniuk estará en el banco ante Estudiantes. Foto Juan Pelichia

-Hola, pibe. ¿Qué haces?

-Hola, bien. Gracias.

-Tocame tranquilo, eh.

-¿Perdón?

-Que me podés tocar tranquilo, soy yo. Soy real, ja.

Cuando entró en el vestuario de San Lorenzo y vio al juvenil Lautaro López Kaleniuk que estaba realizando una rutina, Sebastián Torrico no dudó en romper el hielo con esa humorada. Ese fue el primer diálogo entre los dos arqueros, el pibe y el experimentado, quienes luego forjaron una gran relación. Por eso, le habrá dolido a López Kaleniuk tanto como a Torri la luxación en el hombro derecho que sufrió este miércoles el mendocino. Pero el fútbol tiene estas cosas y por la lesión de su compañero, el chico de 19 años tendrá la oportunidad de volver al banco de suplentes este sábado ante Estudiantes.

¿Quién es el arquero detrás de Fernando Monetti y Torrico? El destino de Lautaro pudo haber sido el básquet. De hecho, la primera pelota que tuvo entre sus manos fue una anaranjada que no paraba de hacerla picar por toda la casa en Tres Isletas, a 200 kilómetros de Resistencia, Chaco. A los 5 años ya medía casi 1,60 metros y toda la familia le veía futuro de basquetbolista. Hasta que haciendo zapping se encontró con un partido de fútbol que lo dejó hipnotizado para siempre.

Fue amor a primera vista para Lauti. Descubrió el fútbol por TV y pronto empezó a juntarse con sus amiguitos del barrio para jugar en la canchita. Cambió la anaranjada por la número cinco. A los 7 ya empezó en el Club Deportivo Maipú, hasta que se disolvió la categoría 2001 y debió trasladarse a unos 100 kilómetros para seguir jugando en La Montenegrina de Saenz Peña, a los 11 años.

San Lorenzo entró en su vida para cambiársela rotundamente al año siguiente. Viajó para probarse y quedó. Al tiempo se instaló en la pensión de la Ciudad Deportiva para adoptarla como su segunda casa. “Chaquito” fue el apodo que rápidamente se ganó allí, donde forjó grandes amistades. Siempre le quedará grabado su cumpleaños número 13, el primero que le tocó festejar alejado de su familia.

Pero desde bien chico tuvo la idea fija: para llegar a Primera había que hacer sacrificios. Y a eso se dedicó López Kaleniuk, que más allá de haber empezado de purrete como lateral izquierdo y hasta haber jugado alguna vez de delantero de área por su estatura, encontró su lugar definitivo bajo los tres postes.

Más allá de todo lo que aprendió en el camino con el correr de los años, hizo un curso intensivo con un maestro de lujo: Torrico. Entre ambos comenzaron a entrenarse en doble turno hace un tiempo y allí hicieron una relación muy estrecha, tanto que Torri lo considera su discípulo y el pibe lo tiene al Cóndor como máximo ídolo y referente.

En esos ensayos a solas, López Kaleniuk logró mejorar la pegada, el achique y la reacción. Pero el cuyano no es su único referente en el puesto: el mítico Gianluigi Buffón es de sus preferidos de los europeos.

Como es zurdo y de gran porte (193 centímetros) no son pocos los que en el Ciclón se apuran a compararlo con el Chino Saja. Cuando alguien se lo hace notar, él agradece porque sabe la importancia de Saja en el club de Boedo, pero suele contestar con respeto que se esfuerza y trabaja para hacer su carrera y ser Lautaro López.

La de este sábado será su tercera experiencia como arquero suplente de Primera. Las dos anteriores fueron en la ida y la vuelta contra Cerro Porteño por los octavos de final de la Copa Libertadores de 2019, con Juan Antonio Pizzi. Todavía no pudo debutar, pero con 19 años entiende que para triunfar en el puesto de arquero hay que hacerse fuerte desde la paciencia y estar preparado para cuando toque.

La lesión de su maestro le abrió una nueva oportunidad en el banco a Lautaro López Kaleniuk, el pichón de Cóndor que espera levantar vuelo pronto.

Nahuel Lanzillotta

@LanzillottaOk

Periodista. Deportes. Clarín.

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