Dos puntos que se escurrieron como el agua

Después de la pausa por la Fecha FIFA, San Lorenzo volvió a la acción en el Nuevo Gasómetro sabiendo que ya no habría lugar para más pasos en falso. Improvisando con Jalil Elías por la banda derecha y con el ingreso de Adam Bareiro en el ataque, el equipo formó con: Torrico; Elías, Gattoni, Zapata, Rojas; Centurión, Martegani, Gordillo, Mercau; Uvita Fernández y Bareiro.

En la previa del encuentro contra Atlético Tucumán, un emotivo homenaje a los veteranos y a los caídos en la guerra de las Malvinas despertó los cánticos de la gente, que con el clásico “el que no salta es un inglés” empezó a mover las tribunas desde temprano.

Durante los primeros minutos, el dominio del partido fue del dueño de casa. Intentando profundizar con la velocidad de Fernández Mercau, las primeras ocasiones de peligro llegaron antes de los diez minutos y se veía aproximar un choque repleto de emociones.

Con un Bareiro escurridizo y picante, el Ciclón presentó las mas importantes ocasiones de gol, dejando al desnudo la necesidad que tenía el equipo de contar con un delantero de área que se pudiese complementar con Uvita por fuera.

Bajo una copiosa lluvia en el Bidegain, la segunda mitad comenzó nuevamente con una delantera ardiente. En la primera de peligro, Adam se conectó con Ricardo Centurión, que tras una corrida que requirió de la observación del VAR, definió y puso el 1-0.

Con la ventaja en el resultado, el equipo se quedó estancado y le dio lugar a los visitantes para que empezaran a agrandarse. En una distracción de la defensa, llegó la pesadilla y los tucumanos encontraron en un desborde por derecha un centro hacia atrás para Ramiro Carrera, que con fortuna por un desvío alcanzó el empate a cinco del final.

Sin tiempo para más, nuevamente se le escapan dos puntos a este equipo. Dos puntos que se escurren como el agua que cayó en el Bidegain esta tarde. Dos puntos que duelen y que terminan sentenciar lo que prácticamente parece una eliminación temprana en el torneo, otra eliminación temprana que parece hacerse reiterativa cada seis meses y que esperemos no se haga costumbre.