Arranca un marzo vital para el futuro del equipo

La imagen, esta vez, lo es todo. La pésima cara que mostró San Lorenzo en el papelón ante Central Córdoba en el Nuevo Gasómetro encendió la luz roja de manera demasiado anticipada. Con apenas tres partidos en el lomo al frente del conjunto de Boedo, a Diego Dabove se le presenta un escenario complicado: deberá enderezar una navega que navega sin brújula hace rato, pero no tiene tiempo para ir de a poco. Se le viene encima ya un marzo recargado que se vuelve clave para las aspiraciones del Ciclón en el semestre y el año.

En un par de semanas, el equipo azulgrana afrontará el clásico de barrio y se jugará a todo o nada la vida en el primer desafío de la Copa Libertadores, el anhelo máximo. Todo esto toma mayor preponderancia porque el nivel futbolístico en los últimos partidos fue paupérrimo.

Después del 0-4 de local ante los santiagueños, San Lorenzo recibirá a Huracán este sábado a las 21.30. El derby se presente como un duelo bisagra: puede funcionar como un trampolín para luego zambullirse con confianza en el ida y vuelta copero; o puede resultar lo contrario de seguir por la senda de la derrota y, sobre todo, de la falta de espíritu.

El miércoles 10 a las 21.30 jugará en Santiago ante la U de Chile por la Fase 2 de la Libertadores. La revancha será en Buenos Aires el 17. Pero en el medio habrá otro encuentro, contra Banfield de visitante por la competencia local el domingo 14 a las 21.30.

El destino inmediato del equipo en el semestre dependerá de estos cotejos vitales. El clima interno entro en ebullición sobre todo por la forma en que se perdió el fin de semana pasado. Sin embargo, todo San Lorenzo sabe que necesita virar 180 grados la imagen para conseguir los resultados que le devuelvan la calma y lo mantengan con vida, además, en la Copa Libertadores.

Resulta una locura siquiera pensar tan prontamente en qué será del futuro del técnico si la cuestión no cambia en estos compromisos. Pero desde la dirigencia avisaron que están convencidos del perfil de Dabove y que la idea a priori es sostenerlo pase lo que pase.

El foco está puesto en lograr dar vuelta la página en tiempo récord y ganar el clásico para encender el palo santo que purifique el ambiente de Boedo.