¡Llegó el gol N°100!

Hay gritos que no sólo quedan en la memoria. También en el corazón. Pasan los años y se siguen escuchando como la primera vez. Se vuelven eternos. Y sus autores entran en la historia. Sus rostros quedan inmortalizados en un poster, mientras sus nombres se impregnan en esas páginas que son indemnes al paso del tiempo. El de Bernardo Romeo, por ejemplo, es uno de esos. Es por eso que esta tarde, en la Legislatura Porteña, fue homenajeado como Personalidad Destacada del Deporte. ¡Grande, goleador!

El ex ariete, de 41 años, llegó a San Lorenzo en 1998 y dejó una huella difícil de borrar. Permaneció hasta 2001, cuando alzó el trofeo del Torneo Clausura y fue una pieza clave en la obtención de la Copa Mercosur. Al año siguiente partió al Hamburgo de Alemania y, tras un paso por España, volvió a Boedo desde 2007 hasta 2010. Si bien jugó algunos partidos en Quilmes, regresó al club en 2011 para cerrar la historia que escribió de joven.

Pero su trayectoria merecía otro final. Fiel a su esencia, Romeo prefirió despedirse en silencio y, tras haberse asegurado la permanencia en Primera, colgó los botines en 2012. Pronto le llegó otra oportunidad de seguir ligado a San Lorenzo: asumió como manager, rol en el que desempeñó hasta el año pasado. De hecho, su gol N°100 se hizo esperar. Hasta que hoy lo convirtió. Esta vez lejos de la redonda, pero cerca de su gente a la que tantas alegrías le regaló. Ahí estuvieron Matías Lammens, Claudio Biaggio, Gustavo Campagnuolo y muchos otros compañeros de emociones. Porque sus gritos todavía se escuchan. Y su recuerdo latirá para siempre.