"Sería un gran error que un arquero se niegue a jugar con los pies"

Sebastián Saja se refirió al pedido de Almirón, un técnico "con muchísimas condiciones", y alentó a Navarro: "Siempre que haya voluntad, cualquiera está en condiciones de hacerlo".

Corren los años. A veces, incluso, vuelan. Y con ellos se van los momentos. Pero los recuerdos quedan. Las copas y los posters, también. Aunque es común que se arruinen, hay instantes que terminan inmortalizados para siempre. Al igual que sus artífices. Existen nombres que se opacan y otros que brillan cada día más. Apellidos que despiertan controversias o aplausos unánimes.

En el fútbol conviven varios de esos dilemas. De hecho, las discusiones en las tribunas del Bidegain no están exentas. Porque, de las centenas de jugadores que desfilaron por el vestuario azulgrana, no todos lograron dejar su huella en el club. Algunos memoriosos hablarán de los Matadores del 68. Otros se quedarán con los protagonistas del ascenso del 82. Ni hablar del temple de los Camboyanos o la hazaña del 95. Estarán las generaciones que elijan a los planteles de 2001 y 2002, o las que prefieran el estilo del 2007. Los más actuales, en cambio, priorizarán la idea de 2013, aunque difícilmente alguno quede por encima de los dueños de América.

De todas esas épocas siempre hay exponentes. Diego Sebastián Saja fue uno de ellos en el nuevo milenio. Es cierto que su valija paseó por distintos continentes al incursionar en el fútbol italiano, español, mexicano, brasileño y griego, pero su espíritu se forjó en la Argentina. Incluso, si bien ya tiene 39 y los guantes están guardados hace un año en Brandsen, donde nació, le cuesta desprenderse del recuerdo de sus inicios. "Soy un agradecido de por vida a San Lorenzo", sostiene. Y, pese a que su salida del club en 2006 y su posterior estadía en Racing dejaron algunas heridas abiertas, no reniega de su pasado. Por eso, está al tanto de lo que sucede en el día a día. "Lo sigo siempre", le dice a Mundo Azulgrana

-Cuando estabas en las Inferiores llegaste a conocer a Biaggio. ¿Cómo viviste su salida del club?

-Siempre que se va un técnico a uno le da pena. Al Pampa le tengo un aprecio especial, porque lo conozco desde que yo era alcanzapelotas, o cuando me tocaba subir a entrenar con la Primera. Es una gran persona, pero San Lorenzo ha contratado a un gran entrenador. Almirón es un técnico que me gusta mucho y hay que darle tiempo para que aparezca lo que pretende él, pero sin dudas que el club ha contratado a un DT con muchísimas condiciones.

-Uno de sus primeros pedidos fue que los arqueros jugaran con los pies. ¿Cuánto cambia?

-Almirón se ha destacado en sus equipos por pedirles a sus arqueros que participen con el pie, que tengan facilidad a la hora de iniciar el juego y creo que en este caso, cuando uno tiene un entrenador así, es más importante que con otros. Hay otros que no te lo exigen, pero depende de su ideología.

-Navarro dijo que el arquero tiene que atajar y que jugar con los pies es arriesgado, pero que si el técnico lo pide intentará cumplirlo...

-Hay arqueros que técnicamente están mejor preparados que otros. Lo importante es que no se cierren en que no pueden mejorr. Yo creo que con la voluntad de querer mejorar y progresar, el arquero está capacitado para poder hacerlo. Por supuesto que hay quienes lo hacen mejor o peor, pero sería un gran error negarse y decir "yo con los pies soy limitado y no tengo manera de hacerlo". Siempre que haya voluntad de mejorar y crecer, yo creo que cualquiera está en condiciones de hacerlo.

-¿Tenés relación con él y con Torrico?

-Diálogo diario no, pero sí la mejor cada vez que nos hemos cruzado. Me parecen dos grandes personas por sobre todo. En la actualidad está Navarro, pero Sebastián también lo tiene ganado. No sólo por lo que ha hecho dentro de la cancha, sino por saber que es una gran persona.

-Pasaron varios arqueros por el club pero, hasta la llegada de Torrico, vos eras el arquero más reconocido, sobre todo por los títulos internacionales...

-Me encantó que él se haya quedado en ese lugar, principalmente porque San Lorenzo ganó la Copa Libertadores. Entonces, eso es motivo suficiente para que uno se ponga contento de que lo hayan superado. Sobre todo si es en manos de Torrico que me parece, además de un excelente arquero, una gran persona. Con todo lo que le ha dado al club lo tiene ganado.

-Hablando de reconocimientos, el 15 de diciembre es la despedida de Pipi Romagnoli. ¿Vas a estar?

-Espero que sí. Tengo ganas de acompañarlo porque se lo merece. A mi entender y para la gran mayoría de la gente, Pipi es el máximo ídolo de la historia de San Lorenzo. No todos los días un jugador llega a lograr tener semejante reconocimiento y me gustaría estar presente porque, como te dije, se lo merece.

-¿Cómo te imaginás el recibimiento de la gente teniendo en cuenta las cosas que pasaron?

-San Lorenzo me dio la posibilidad de ser alguien en el fútbol, de debutar en Primera, de cumplir mi sueño de años, de ganar muchos títulos, de haber logrado la primera copa internacional de la historia del club... Eso a mí no se me olvida. Y si por cualquier circunstancia en algún momento un sector de la gente se ha enojado, lo entiendo. Pero sé que tampoco es el total de la gente. Entonces, a aquellos que tienen un buen recuerdo y que me lo reconocen, se los agradezco. Si se acuerdan de algún título me va a hacer muy feliz. Igualmente, el 15 de diciembre espero pasar desapercibido para que la fiesta de Pipi sea completa.

-¿Te ves entrando vestido de Tortuga Ninja como hizo el Pipa Estévez en la despedida del Beto Acosta?

-(Risas) No, no me gusta disfrazarme, ja. Lo que tenga que ser será. Si la gente se manifiesta en contra hay que aguantarlo y saber que, como te decía antes, no es toda la gente de San Lorenzo. No puedo negar que a uno le gustaría que lo reconozcan, pero eso ya depende del hincha.

Giuliana Pasquali

@giulipsl

Periodista deportiva con experiencia en Diario Olé, medios de prensa y partidarios.

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