“No quiero que ninguneen a Soso”

El ex técnico de San Lorenzo destacó la personalidad y capacidad de Mariano Soso, a quien conoce de divisiones inferiores: “Nos enfrentamos muchas veces y el otro día me mando la estadística diciendo que lo tenia de nieto”.

Mariano Soso junto a Diego Monarriz en Paraná, antes de asumir.

Mariano Soso junto a Diego Monarriz en Paraná, antes de asumir.

Espontaneo y fiel a su estilo, Diego Monarriz confesó en Mundo Azulgrana TV (FWtv) que expectativa le genera la llegada de Mariano Soso a la primera división azulgrana: “A Mariano lo conozco de cuando yo estaba en juveniles. Él dirigía la misma categoría que yo. Me mandó el otro día “vos me tenía de nieto”. Es un tipo con una cabeza preparada, terrenal y con sentimientos”.

El ahora Dt de la reserva, quien supo ocupar el cargo de entrenador principal, no solo destacó el potencial del joven estratega azulgrana, sino que además pidió paciencia en el momento que se reinicie la actividad: “Es un tipo joven. Yo no quiero que lo ninguneen porque se van a sorprender. Yo no me voy a sorprender, se lo que pretende, tengo el día a día de hablar con él, sé lo que quiere para sus equipos y pienso en un San Lorenzo a nivel grande, grande de verdad como nos tocó en otras etapas de ser un equipo agresivo y ofensivo. Pero esto es fútbol, después tiene que entrar la pelota o no. Tiene una base con conocimientos, con una escuela muy rica. Va a elevar el nivel de los futbolistas, que va a potenciar a todos los chicos que subimos, estábamos todo el momento hablando con los muchachos de las juveniles”.

A su vez, Monarriz explicó que más allá del preconcepto generado respecto al sistema de jugo y la filosofía aplicada en palabras, “Él era una persona de una idea fija y al tiempo fue cambiando. Nunca de perder la esencia pero sí hacer lo mismo. Ojalá se le den las cosas. Soso me hace crecer un montón, yo ahora no quiero hacer la plancha, quiero mucho más, quiero movimiento. Y es un chabón que te abre la cabeza.

Entre otras cosas, lo comparó con la llegada de Pablo Guede y lo que genero su aparición en la primera división azulgrana: “Lamentablemente el futbol se maneja en base a resultados. Es así acá y en cualquier lado. En un momento, vino Guede, que lo hizo de la mejor manera. Salimos campeones, era un fútbol ofensivo, agresivo. Duró seis meses, pero en cuándo llegó decíamos “quien es este”. Pero tenemos que tener memoria, en Chicago jugaba de una manera extraordinaria, era el Barca de Mataderos”.

 

Con sentido de pertenencia en Boedo, Diego recordó también su paso como jugador, donde vivió aquellas epopeyas de los “Camboyanos”, lo que significaba ser nómade y la posibilidad de conseguir algún título más durante los 80/90: ““Soy del barrio de Liniers, vivo a tres cuadras de la cancha. Se me dio que en la cancha de Vélez hice mi primer gol, la reventábamos cuando estábamos en la B. En el barrio de Vélez se hacían hinchas de San Lorenzo porque era algo impresionante lo de la gente. Cuando hablan de grandeza, San Lorenzo fue el que más resurgió de todos, porque todos tenían cancha. Teníamos que ir a todas las canchas. A parte nos habían robado la casa de toda la vida. Yo arranqué con muchas condiciones y después es un Club grande, tuve las posibilidades. Estuve mucho tiempo, pero me tocó llegar a 80 partidos que entré poco y no se cuenta como partido jugado. A mí me agarran los camboyanos, y esos tipos a vos te formaban. Te medían a ver si tenías personalidad o no, para ver si te la bancabas. Era calle pura. San Lorenzo era todo a pulmón. Nos tocó ir a tocar a Deportivo Español y no teníamos agua, nos lavábamos con agua mineral. Pero llegaban los domingos y te rompían las patas, era como “a mí no me voltea nadie”, sumado al amor. Haber vivido eso, que yo fui de inferiores, que me tocó ir a la B, se te pianta el lagrimón. Son cosas que te quedan grabadas”.

De paso, rememoró aquellas Copas Libertadores de los 90, donde “Tal vez con la localía se podría haber conseguido. La Copa del 92, arrancamos ganándole a Newells de Bielsa en Rosario. Después nos dejan eliminados ellos en cancha de Ferro. Éramos locales y visitante en todos lados, porque hay que contarla a esa. No tengo duda que si teníamos estadio hubiéramos sido campeones. En el 91 se había armado un equipazo, pero no se nos dio, nos fue esquivo. Nos robaron la cancha y nos la tuvimos que bancar. Y yo digo “¿cómo no va a ser de los más grande este Club, si lo hizo grande la gente? No era que salías campeón todos los años, pero la gente salía de debajo de la tierra. En Vélez había copado el barrio”.

 

Finalmente, explicó lo que sintió en el momento de tener que dejar el club durante su etapa de jugador: “El irme del Club me dejó pelado, no me olvido nunca más. Es un Club que quise mucho, no jugué tantos partidos como titular pero pase muchos años. Fui muchísimas veces al banco y viví cosas hermosas. El Bambino (Veira) me dijo si quería ir a All Boys un año en la B. No me olvido más: El primer partido que debuto con All Boys, fue en cancha de Quilmes y yo venía acostumbrado a otra cosa. La cancha llena, no entraba nadie más, hacía seis meses había jugado ahí con San Lorenzo pero no estaba ese marco, ese acompañamiento y decía “me quiero ir a la mierda”. Es difícil el cambio, después te vas acostumbrando. Fue durísimo, toda una vida en un Club”.

 

Cristian Pagliaro

@CrisPagliaro

Periodista Deportivo

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