“Vale el drone, vale el GPS, pero no podemos dejar de lado la percepción y el ojo”

Con varios entrenamientos al mano del ciclón, Diego Dabove comenzó a dar pistas sobre su método de trabajo y la ilusión que le generó llegar a Boedo.

Sin ser catalogado como un técnico de “Nueva” o “Vieja” Escuela, Diego Dabove admitió tener un estilo propio, producto de sus años de experiencia en el fútbol.

En diálogo con diario “Clarín”, el flamante estratega azulgrana, reveló que “En 2002 o 2003 Chiche Sosa me llevaba a Tucson en Salguero y Libertador y a Rond Point con toda la banda de Coco Basile, Saporiti, Mostaza Merlo. Yo iba y lo único que hacía era tomar café, mirar y escuchar. Esa gente tiene una experiencia de la puta madre. Sin haber anotado nada fui absorbiendo todo para después ejercerlo en el momento justo".

Luego de buenas campañas En Godot Cruz de Mendoza y Argentinos Jrs, le llego el turno de San Lorenzo de Almagro, con la presión de ser protagonista: “Cambia en muchas cosas. Ponés la tele y estás ahí todo el tiempo. Tenés que ser muy inteligente en un montón de situaciones que son muchísimo más complejas, como la prensa o las declaraciones. Cualquier tipo de actitud se magnifica mucho. Todo lo bueno se hace mejor y lo malo, si es chiquito, en un club grande se potencia más. La estadística anterior te la ponen siempre arriba de la mesa y está ahí, pero yo pienso en lo que viene y planifico desde que estamos nosotros en adelante. Creo mucho en el trabajo en equipo. Uno es encargado de un área, pero me relaciono todo el día con la Secretaría Técnica, hablo con Pipi, Tocalli y el Beto, charlo a diario con Marcelo (Tinelli), me relaciono con Monarriz y el Tano Cinto… Fuimos trabajando así en Godoy Cruz, hicimos lo mismo en Argentinos e intentamos hacerlo acá. Entre todos lo vamos encaminando, lleva tiempo y sabemos que los tiempos en el fútbol son cortos y más ahora, pero estamos acostumbrados. Vamos a lograr un San Lorenzo recontra competitivo que pelee cada una de las Copas en las que se tenga que presentar”.

A varias semnas de haber tomado el cargo, la expectativa previa resulta ser importante ya que “hay un talento impresionante en el plantel. Y vamos a intentar agregar el ADN de un equipo intenso, atrevido, con carácter y personalidad. Pasa por ahí. Después, tenés partidos que jugás mejor y otros que no tanto, pero quiero que quede siempre bien clarito lo que queremos. Cuando vos encontrás la identidad y el perfil del equipo es fundamental. Es la marca registrada. Cuando no se sabe qué querés y viene la mala no sabés de dónde aferrarte”.

Sin embargo, A diferencia de los periodos anteriores, Diego parece hacer dado e la tecla con el conflicto principal a solucionar antes de comenzar la competencia: “Lo que más pregunta la prensa es por los Melli, por los Romero. Pero después charlé con un montón ya. El tema de la convivencia es constante. La gestión es constante. La presión que hoy en día tienen los jugadores dentro del fútbol es muy grande y desde muchos lados: la familia, el representante, que te venden, que no te venden, que mejorame el contrato, que se me termina en seis meses… Nosotros estamos todo el tiempo gestionando para que salga de la mejor manera. No te podés relajar nunca. La gestión humana está en la misma línea que la metodología. Y si me apurás, te digo que está un poco más arriba. La metodología la planificás y sabés que va a andar dentro de ciertos parámetros; lo otro es estrictamente humano y hay que vivir atento a miles de situaciones. Para colmo, hoy el contexto social es recontra complejo: la pandemia, los problemas económicos, problemas en la casa, con la pareja. Se suma todo y todo termina adentro del campo”.

A su vez y lejos de dar pistas desde lo táctico, el entrenador avisó: “Lo que yo voy a buscar es armar un estilo de juego, con un grupo que tenga bien clarito lo que quiere. Después el once va apareciendo. Cuando me faltaba el Morro (García) no lo extrañábamos, lo mismo con Pol Fernández. Me faltaba el Tanque Silva o Batallini y tampoco los extrañábamos. Busco eso: una competencia interna que haga que la estructura del equipo ayude todo el tiempo a la individualidad que le toque jugar, independientemente del nombre. Hay que reinventarse y tener el equilibrio justo. Vale el drone, vale el GPS, pero no podemos dejar de lado la percepción y el ojo. Lo que sentís y lo que ves es más importante que la información que te da todo lo otro”.

Cristian Pagliaro

@CrisPagliaro

Periodista Deportivo

Comentarios
Redes Sociales
-