Giunta y Ariel Montenegro, los jugadores surgidos en Deportivo Liniers que vistieron la camiseta de San Lorenzo

“Giunta, Giunta, Giunta, huevo, huevo, huevo”, fue aquel cantito de “guerra” que popularizó la hinchada de San Lorenzo a mitad de los 80’ en esos equipos camboyanos del Ciclón donde Blas Armando Giunta dejaba todo en el mediocampo como amo y señor. Giunta había aparecido en la primera fugazmente en 1983, cuando el “Bambino” Veira lo hizo ingresar con 19 años en un partido ante Argentinos Jrs. Pero su origen de inferiores y su debut deportivo había sido en el club Liniers.

“Yo empecé en Liniers (dice Giunta en un repotarje a El Gráfico), un cuadrito de Primera D. El presidente de apellido Pepe, era amigo mío y me llevó por un año. En todo 1980 jugué allí. Tenía 16 años, arranqué en la quinta y terminé jugando en primera las finales del campeonato para ascender a la C. Y como anduve bien, me quisieron comprar el pase, pero yo buscaba otra cosa. Mi papá conocía a la familia Perazzo, le pidió una recomendación para probarme en San Lorenzo y entré, también en la quinta. Era difícil jugar porque venían de ser campeones en sexta, pero un día se lesionó Madelón y no salí más”..

Giunta en 1984 fue prestado por San Lorenzo a Cipolleti de Río Negro, para jugar el regional y posteriormente a Platense. A su regreso en 1986 ya fogueado en otros clubes, fue aquel león en el medio con el que los Gauchos de Boedo ganaron la liguilla y clasificaron a la Copa Liberadores 1988. Con la relación muy deteriorada con la dirigencia fue transferido al Murcia español y después regresó a la Argentina, identificándose con otro club eterno hijo del Ciclón. Pero esa, es otra olvidable historia..

Ariel Montenegro arribó a San Lorenzo en 1995 también procedente de Liniers y con 19 años se ganó pronto un lugar en el plantel, que venía de ser campeón luego de 21 años sin conquistas. Se cuenta que el pase del volante por la derecha salió unos 5000 dólares y que su arribo al club de Boedo se produjo por la amistad que el presidente Carlos Arias tenía con Fernando Miele (según consigna Fernando Fuentes en el Diccionario Azulgrana). Con la venta de Roberto Monserrat a River en 1996, Montenegro se ganó un lugar gracias a su velocidad y su potente remate de larga distancia, con el que hizo goles inolvidables a Vélez en dos oportunidades y a Colón. Su carrera se prolongó hasta 1998 cuando un problema de salud (producido se dicen por su frustrado pase a River) lo alejó de los campos de juego, continuando luego en Belgrano de Córdoba y España. Totalizó 89 partidos y 11 goles en San Lorenzo.