Un empate con sabor a muy poco ante Argentinos

El Ciclón de Dabove necesitaba ganar de local para meterse en la zona de clasificación del grupo A de la Copa de la Liga, pero nunca asumió el protagonismo ante el Bicho, terminó sufriendo y apenas sumó un punto con el 1-1 final.

Angel Romero intenta librarse de la marca.

Angel Romero intenta librarse de la marca.

Debía ganar en su estadio para meterse nuevamente en la zona de clasificación del grupo A de la Copa de la Liga Profesional, pero San Lorenzo no pudo contra Argentinos Juniors en el Nuevo Gasómetro y empató 1-1. Nunca tuvo el control del encuentro el Ciclón de Diego Dabove, que puso lo mejor que tenía. El Bicho terminó proponiendo más ante un conjunto local demasiado retrasado. La igualdad final sabe a poco.

Todo muy medido, todo muy estudiado, todo muy táctico. Así se presentó el partido desde el primer minuto en el Bajo Flores. Tanto San Lorenzo como Argentinos se scanearon demasiado para ver qué movimientos bruscos convenía hacer. La visita atacó de entrada, con un cabezazo de Gabriel Carabajal que sorprendió a la defensa azulgrana. Al local le costó más poder ponerse frente al arquero adversario.

Los espacios no abundaron en el césped del Bidegain, todo lo contrario. Cada jugador atacante tenía su marca asignada de ambos lados. Y tampoco había descuidos en la soleada tarde sabatina. Hasta que llegó un envío pasado de Gabriel Rojas desde la izquierda, Lucas Chaves no salió, Uvita Fernández cabeceó hacia el otro palo en el cual apareció Ángel Romero para empujarla con la frente ante la mirada de la defensa visitante.

Poco había pasado hasta ese momento en las áreas. De hecho, el 1-0 fue la primera jugada de real peligro del Ciclón, más allá de algún remate fallido desde afuera ante la imposibilidad de entrar con dominio a la zona de fuego.

Y el trámite siguió igual. No se alteró por el gol del dueño de casa. Argentinos tenía la pelota en su poder. Poco duraba del lado azul y rojo. Sin embargo, no podía el Bicho traducir ese dominio en situaciones concretas porque el Ciclón se mantuvo firme de mitad de cancha hacia el fondo.

El hombre más incisivo del conjunto de La Paternal era Carlos Quintana. Sí, un defensor central. El pelado tuvo un par de situaciones, de abajo y de arriba, en el complemento más claras que los delanteros de su propio equipo.

La mayor preocupación en San Lorenzo estaba arriba. Sin su goleador, Franco Di Santo (lesionado) perdió peso ofensivo y eso quedó al descubierto. Franco Troyansky jamás logró imponerse entre los centrales rivales y tampoco lograba gravitar en el mediocampo Oscar Romero, de quien se espera que se haga dueño del balón para la elaboración.

El mejor movimiento de Troyansky fue cuando recibió en zona de enlace, giró y metió un pase en profundidad para Ángel, que desbordó y asistió a Jalil Elías. El volante llegó de cara al arco sin Chaves, pero definió afuera de modo increible. Lo peor de todo fue que en la jugada siguiente, los visitantes empataron.

Un rebote en Diego Braghieri tras un remate le cayó a un solitario Gabriel Hauche, quien no dudo en rematar de derecha ante un jugado Devecchi. El 1-1 estaba más acorde a lo que se veía en la cancha, pero la bronca azulgrana venía de la acción errada y también porque anteriormente debió ser expulsado Gabriel Florentín por un patadón con los tapones hacia adelante sobre Ángel Romero. El árbitro, Leandro Rey Hilfer, consideró que no era ni para tarjeta amarilla.

El final lo mostró a Argentinos más entero y con la postura de agresividad, mientras que San Lorenzo se paró decididamente de contraataque, peligrosamente ubicado muy cerca de su área. Y un par de desatenciones de Devecchi en la salida pusieron en jaque el punto, que de local terminó siendo un puntito.

Nahuel Lanzillotta

@LanzillottaOk

Periodista. Deportes. Clarín.

Comentarios
-