La historia de Pipi, el Ciclón y cómo fue vencer a su enfermedad

Gracias al fútbol y a San Lorenzo la vida de Mariano Toledo cambió por completo. Conocé la historia del niño de seis años quien vivió momentos muy complicados aunque logró salir adelante y sueña con seguir progresando en las categorías mayores.

El fútbol y San Lorenzo cambiaron por completo la vida de Mariano Toledo, un niño de seis años fánatico del Ciclón y de la pelota, que superó una dura enfermedad, gracias a su anatismo por el el ciclon. Concé la historia de Mariano, alias “Pipi”, en honor a Leandro Romagnoli. 

En su corta vida, Pipi no la pasó nada fácil a raíz de un cáncer que le descubrieron en su cabeza en 2017 y tuvo que someterse a varias cirugías y operaciones. A pesar de eso, lo que destacan las personas de su alrededor, es que Mariano nunca bajó los brazos, siempre siguió adelante y sorprendió la gran fuerza que tiene por su poca edad. 

Su papá, Juan Toledo, habló en exclusiva con Mundo Azulgrana y contó cómo se dio la llegada del Pipi al Ciclón: “Yo estoy metido en la peña de Quilmes Solano de San Lorenzo y el presidente conoce a Jorge Vozza Albamonte quien cuando se enteró de todo lo que estaba viviendo fue a visitarlo a la clínica y estuvo siempre muy presente. Se puso a predisposición y me dijo que cualquier cosa que necesitaba le avise así que cuando Pipi salió de una cirugía en un estado físico que no era el indicado los médicos le dijeron que tenía que hacer actividad física a full y Vozza se encargó del tema. Me llamaron desde la coordinación de la escuelita para que empiece a jugar en el baby y así fueron sus comienzos”.

Gian Buttafuoco fue uno de los profesores que lo tuvo en 2019 cuando dio sus primeros pasos en el Ciclón y le contó a Mundo Azulgrana cómo fue el proceso de adaptación: “Cuando él llega nos avisan que era un nene que tenía un tumor en la cabeza para que estemos al tanto y teníamos que hacer todo un seguimiento. Obviamente que lo incluimos como uno más y la verdad que el nene es excelente, es muy alegre, no falta a ninguna clase y la verdad que en lo que es lo futbolístico mejoró un montón”. 

El fútbol y San Lorenzo le cambiaron de una manera rotunda la vida al Pipi y el papá está muy agradecido por todo lo que hizo la institución con su hijo: “Todo este proceso que tuvimos que vivir lo pasamos muy bien en familia porque a medida que pasaban los tiempos no solamente bajaba de peso si no que también progresaba haciendo el deporte que a él tanto le gusta. Entonces al ver como evolucionaba, ver que cada vez juega mejor y que en los entrenamientos hace goles pese a su condición física es algo que te da mucha satisfacción”.

También, Toledo rescató mucho a los compañeros, padres y los profesores porque lo integraron como si fuese un chico más: “Para un padre eso es fascinante. Pipi se siente cómodo. Nos sorprende como es que todos lo tratan como si nada y nadie lo mira raro, para nosotros es algo hermoso”, expresó Toledo quien se encarga de llevarlo a los dos entrenamientos que tiene por semana su hijo en Ciudad Deportiva. 

La pasión por el Ciclón nació gracias a su papá quien lo heredó de su tío y así los contagio a Pipi y a su hermano mayor quien tiene ocho años. No suelen perderse ningún partido en el Nuevo Gasómetro cuando el público estaba habilitado para ir y en los momentos que no podía porque debía estar en el hospital, el encuentro se miraba igual por la televisión de la sala que esté. Tal es el amor que tiene por los colores que solía después de las cirugías estar con la camiseta azulgrana puesta y si tenía fuerzas se ponía a jugar con una pelota de fútbol. 

Hace aproximadamente un mes, una gran noticia llegó a la familia Toledo y es que después de haberse hecho un estudio los resultados arrojaron que el tumor había desaparecido de su cabeza y eso llevó mucha alegría para todos los cercanos a Pipi. Su papá, decidió realizar un momento emotivo en uno de los entrenamientos luego de recibir esta novedad. Así lo comentó: “Cuando nos enteramos que desapareció, hablé con su profesor actual que es Cristían de la escuelita de baby para hacerle una sorpresa a la mamá con un cartel que decía El mejor gol se lo hice al cáncer y gané. Todos lo aplaudieron y fue un momento muy emotivo la verdad”. 

Respecto a esa situación, Buttafuoco pudo estar presente y describió lo que sintió en ese momento: “La verdad que fue algo increíble. Un nene de esa edad ganándole a esa enfermedad que es terrible, es un nene que tiene muchísima fuerza. Ni yo mismo me lo puedo imaginar. Un nene de seis años luchando contra una enfermedad que es terrible, la supera y le gana. Son cosas que hasta exceden la imaginación”. 

Aparte de su fanatismo por Pipi Romagnoli, tiene algo de Néstor Ortigoza que le vuelve loco como a todos los hinchas del Ciclón y es la manera de patear los penales. Por eso ya desde muy chiquito, Mariano en los entrenamientos que tiene con el baby trata de imitar la manera particular que tiene Ortigoza de ejecutar los penales y sueña con algún día llegar a poder ser como él.

Pipi nunca dejó de hacer su vida de manera común y corriente como todos sus compañeros de colegio y de fútbol. Aunque a veces tenía que faltar por tener que someterse a algunas cirugías, nunca bajó los brazos y siempre siguió adelante. Nada de todo lo que vivió en estos seis años que lleva de vida Mariano fueron fáciles pero queda demostrado que uno puede siempre salir adelante en los peores momentos y que la pasión por el fútbol y el Ciclón ayudaron a Pipi a seguir con fuerzas.



Carolina Ankia

@caroankia

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