Uvita, el perseverante

Entre tanta malaria colectiva, Nicolás Fernández recibió los aplausos de los hinchas de San Lorenzo por su gol y actitud. Un mimo que le indica que, a pesar de todo, siempre fue para adelante.

Uvita grita su gol de cabeza ante Sarmiento. Foto: @SanLorenzo

Uvita grita su gol de cabeza ante Sarmiento. Foto: @SanLorenzo

No fue un buen año; todo lo contrario. Ni para San Lorenzo ni para sus integrantes. Está más que claro. Pero hay un jugador que pese al mal momento se lleva el reconocimiento de los hinchas. Nicolás Fernández, Uvita, pudo volver a convertir en el 1-0 sufrido contra Sarmiento y sigue redondeando una temporada para rescatar dentro de la malaria colectiva que vive el Ciclón.

Es un perseverante, Fernández. Desde que llegó a Boedo tuvo que afrontar varios escollos. Y siempre fue al frente para tratar de superarlos con buena cara, actitud y juego. Uvita es de los pocos que están a la altura del escudo azulgrana entendiendo -se insiste- el presente negativo general.

El delantero de 25 años superó una rotura de ligamento cruzado de rodilla durante en plena cuarentena y se puso a punto desde lo físico y desde lo futbolístico. No le fue nada sencillo, aunque logró volver a su nivel. Perdió el puesto, pero se lo volvió a ganar rindiendo y exigiendo a las defensas rivales cada vez que le tocaba entrar en los segundos tiempos.

En este 2021 acumula 38 partidos y ocho goles entre torneo local y Copas. En el segundo semestre anotó cuatro tantos. Podrían haber sido más abultada la cifa de gritos propios, pero estuvo muy errático al momento de definir. Él fue el primero en remarcar esa falencia en la zona de fuego. Se hizo cargo, agachó la cabeza y volvió a buscar reencontrarse con la red al siguiente compromiso.

No fue una semana linda para Uvita. Unos días antes del partido del martes sufrió un hecho violento en su domicilio cuando delincuentes entraron a robar y lo maniataron junto a su familia. Por eso se ausentó con aviso al entrenamiento de esa mañana. Pero a la siguiente práctica dijo presente y se puso disposición para jugar. Lo hizo y junto con Sebastián Torrico fue de lo mejor en el retorno a la victoria.

Entre tantos insultos y silbidos, los aplausos de la gente sobre el final cada vez que tocaba la pelota significaron el mimo que le faltaba para saber que a pesar de todo está por el camino indicado, el de perseverar con la mirada al frente para avanzar.

Por Nahuel Lanzillotta

Mundo Azulgrana

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Sitio web y programa de radio dedicado al Club Atlético San Lorenzo de Almagro

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