Los pibes y un contexto que los condena

Los juveniles de San Lorenzo quedan encerrados en un presente malo que todo se devora. Deben aprender de los errores y no ser condenados por ellos.

Flores cometió un penal y fue expulsado ante el Rojo. Foto: @SanLorenzo

Flores cometió un penal y fue expulsado ante el Rojo. Foto: @SanLorenzo

San Lorenzo acumula días y meses de histeria. El enojo, la impaciencia y la intoleancia son las sensaciones que se han posado hace rato sobre el club y por consecuencia sobre un equipo que no está ni cerca de levantar el semblante. Ya se agotó el margen de error y cada paso en falso alimenta más la furia generalizada. Y en le medio de todo esto, los juveniles que tratan de hacer pie en la Primera quedan encerrados en un contexto que todo se devora. Y así, es muy difícil que sientan la comodidad y el respaldo necesario para no equivocarse o para saber que si lo hacen no será la muerte de nadie.

Los pibes cometen errores. Y es natural que así sea porque están haciendo sus primero pasos en la máxima categoría. Pero en Boedo la realidad negativa maximiza cada falla y la expone a una trituradora de carne peligrosa que amenaza con deglutirse el talento que surge de las Inferiores. El clima está espeso y jugar así afecta a experimentados e inexpertos. Lo chicos, más allá de que solían escuchar el “Vamos, vamos los pibes”, que los separaban de los chiflidos e insultos colectivos, juegan con el miedo al error sumergidos en el nerviosismo reinante.

Francisco Flores, Siro Rosané, Julián Palacios, Alexis Sabella, Federico Gattoni (ahora lesionado) y hasta Nicolás Fernández Mercau, el chico con mejor presente del club, han cometido errores que costaron expulsiones, goles en contra o alguna jugada peligrosa para el rival. Para la opinión apresurada de algún televidente de sillón, no sirven, no tienen el nivel para jugar en San Lorenzo. Hay que descartarlos. Así de fácil...

¿No será que lo que no sirve y hay que cambiar es la realidad del club? Todos supieron destacarse en las diferentes categorías y en la Reserva a lo largo de su crecimiento. Algunos también en las Selecciones Juveniles, cmo es el caso de Flores. Recibieron elogios de sus formadores y desde los que los tuvieron en AFA. Pero se equivocan, una, dos, tres veces en medio de un clima lógicamente hostil y para algunos ya no sirven.

A esto se le suma que la gran mayoría de ellos no han tenido regularidad de juego en un equipo que tuvo cinco entrenadores en los últimos 15 meses (tres fijos y dos interinatos). Algunos empezaron como titular y a la primera macana les tocaba sentarse en el banco. Otros duraron un par de juegos y ante la llegada de refuerzos medio pelo perdieron terreno. Otros directamente siempre entran un puñado de minutos en el segundo tiempo y ante tengan un buen desempeño no son considerados para la titularidad al siguiente encuentro. Ni hablar de que a varios les tocó cumplir diferentes puestos, como Fernández Mercau (lateral, volante, carrilero) y Flores (central derecho, izquierdo, stopper en línea de cinco...).

Está claro: algunos tendrán más aptitudes que otros, algunos harán carrera en el club y otros deberán buscar otros rumbos llegado el momento. Eso es tan cierto como que San Lorenzo se ha convertido en una gran batidora que marea a grandes y chicos. Todos quedan expuestos al error, incluidos los referentes que se han mandado las suyas. Pero los más pibes quedan atrapados en una neblina que ciega y, lamentablemente, corren el serio riesgo de quemar una etapa clave de sus carreras en la que deben aprender de sus errores y no ser condenados por ellos.

Por Nahuel Lanzillotta

Mundo Azulgrana

@mundoazulgrana

Sitio web y programa de radio dedicado al Club Atlético San Lorenzo de Almagro

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