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Que diferentes somos

Un 24 de junio de 2012 San Lorenzo lograba en un Bidegain repleto de público una victoria decisiva y angustiosa ante San Martín de San Juan por 3 a 1, que nos permitió evitar esa palabra tan temida. Con un Carlos Bueno que demostró toda su categoría, con un “Pipi” Romagnoli vital con su talento, con el cabezazo salvador de Kannemann y con la hinchada más fiel poniendo el corazón.

Un diario tradicional de un expresidente de Argentina se apresuró a publicar (con cierta malicia) en su edición del domingo 24 de junio de 2012, una foto de la triste tarde de agosto del 81 en la que en cancha de Ferro sufrimos el descenso. Nadie creía en nosotros y varios querían vernos hundidos. Pero el coraje y la fé sanlonrencista tan presente en nuestra historia no se rindió nunca y estuvo presente esa tarde invernal a la que el público azulgrana puso calor.

El estadio estaba abarrotado como en las jornadas más importantes de la obtención de un campeonato. Pero lejos estábamos de semejantes alegrías, el sufrimiento corría por las venas esperando con el oído puesto en otra cancha. Porque San Lorenzo no solo debía ganar a San Martín de San Juan, sino también esperar que no lo hiciera Banfield en su partido ante Colón. El corazón azulgrana bombeó como nunca esa tarde de junio.

El equipo entrenado por Caruso Lombardi formó con MIgliore; Buffarini, Alvarado, Bianchi Arce, Kannemann; Salgueiro, Ortigoza, Kalinski; Romagnoli, Bueno y Gigliotti. La tensión se convirtió en desazón a los 26m cuando Caprari anotó el primero de la visita. Sin embargo, dos minutos después una “carga” en el aire del uruguayo Bueno al arquero Corti (de pasado en las inferiores del club), derivó en una pelota suelta y el 9 azulgrana la metió en la red. Alegaron foul algunos pero Germán Delfino (por única vez en su carrera), nos favoreció en un fallo, expulsando incluso por insulto al paraguayo Bogado. Con el empate en un gol llegamos al complemento, mientras desde el sur llegaban las noticias que Colón vapuleaba al taladro por 3 a 0. La salvación parecía cercana pero había que ganar nuestro partido.

Hasta que a los 10m del segundo tiempo llegó ese córner del Pipi y esa entrada salvadora de Kanneman con frentazo abajo para el 2 a 1. Eso no implicó que continuaras los nervios ante el temor de un empate, neutralizado con esa brillante contra encabezada por Romagnoli, que definió “Charly gol” Bueno para el 3 a 1 definitivo. Y como en el sur no se modificó el resultado esa tarde los 4 millones de hinchas respiramos.

Faltaban luego dos partidos más para la salvación definitiva, pero esa jornada se dio el paso más difícil hacia algo que parecía imposible.

En una misma fecha pero veintiséis años en cancha de Vélez, los “primos” de Parque Patricios descendían ante Deportivo Italiano, con muchos hinchas azulgranas infiltrados en las tribunas del “Tano”. QUE DIFERENTES SOMOS.

POR LEANDRO D'AMBROSIO

Mundo Azulgrana

@mundoazulgrana

Sitio web y programa de radio dedicado al Club Atlético San Lorenzo de Almagro

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