Los pibes y una muestra de carácter que entusiasma

A pesar del empate de local ante Tigre, San Lorenzo se fue aplaudido del Bidegain. El reconocimiento de la gente fue para los juveniles que ponen el pecho con personalidad y altura.

Iván leguizamón es una de las apariciones de la cantera cuerva. Foto: @SanLorenzo

Iván leguizamón es una de las apariciones de la cantera cuerva. Foto: @SanLorenzo

Hubo aplausos. A pesar de no haber ganado. A pesar de engordar la negra racha de no ganar de local (van diez partidos en el Nuevo Gasómetros sin victorias). A pesar de un agitado clima político. Hubo aplausos. El reconocimiento de la gente fue genuino y merecido. Y fue para los pibes que están dando la cara en la cancha en este momento del club. Y en el 1-1 contra Tigre, los juveniles que saltaron al campo dieron una importante muestra de carácter para forjar la personalidad de este equipo en construcción que conduce Ruben Darío Insua.

Ya de movida la atmósfera estaba pesada. No es agradable ni ideal estar a punto de comenzar a jugar y escuchar los reproches de la gente contra la dirigencia de turno en ese mismísimo momento. A eso se le suma que el nerviosismo lógico de los hinchas se vuelve murmullos en cada toque, en cada remate, en cada error, en cada intento que no sale. Se juega con todo eso encima, que fácilmente puede trasladarse de la cabeza a los pies.

El promedio de edad de la formación titular ante el Matador fue de 22 años. Augusto Batalla y Jalil Elías eran los más “viejos”, con 26 años. Con Sebastián Torrico (42) en el banco y Néstor Ortigoza (37) lesionado, el promedio bajó considerablemente. Pero los chicos, apoyados por jugadores de mayor experiencia como el mencionado Elías, Adam Bareiro y Malcom Braida, no se apichonaron. Por el contrario.

Muchos son los que están dando sus primeros pasos en la máxima categoría, tal es el caso de Agustín Giay y de Iván Leguizamón, dos a los que le tocó ir de entrada por las ausencias de Francisco Perruzzi (otro purrete de la cantera) y Ezequiel Cerutti. Y rindieron. Giay se mostró permanentemente como una alternativa por el carril derecho. Y Leguizamón fue una constante con su velocidad y encare.

Desde las tribunas un gesto importante fue que ante algún intento fallido por parte de algún pibe, en seguida se escucharon palmas para valorar la intención. Y los juveniles respondían buscando otra vez ese pase que antes no salió o esa gambeta frustrada. Al cabo, de eso se trata el fútbol, aunque a veces cueste tanto entenderlo.

Insúa metió en el segundo tiempo a Nahuel Barrios y a Luis Sequeira. Y así, los de Boedo terminaron el partido con ocho futbolistas de once surgidos de las Inferiores cuervas. Está claro que el contexto institucional llevó a esta realidad de impulsar pibes por necesidad. Pero la buena noticia es que la mayoría de ellos entienden que, por cual fuere el motivo, el momento les llegó y deben aprovecharlo.

Con enjundia. Apretando los dientes. Corriendo todas hasta el final. Siendo solidarios. Redoblando esfuerzos para la recuperación. Así jugaron los chicos de San Lorenzo que están poniendo el pecho. Les falta rodaje, sí. Les falta acompañamiento, está claro. Pero les tocó ir haciéndose al andar y no esquivan esa responsabilidad. Con ese compromiso, a la larga, vendrán las buenas noticias.

Por LanzillottaOk

Mundo Azulgrana

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Sitio web y programa de radio dedicado al Club Atlético San Lorenzo de Almagro

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