San Lorenzo recuperó el vigor, hizo pesar su paternidad y frenó a Huracán

El Ciclón se quedó con el clásico en un Nuevo Gasómetro que fue una tremenda fiesta. Cerutti fue el autor del gol a los 2 minutos. La diferencia en la historia se estiró a 39 duelos. ¡Mirá!

Braida lucha con Garré.

Braida lucha con Garré.

Como manda la historia. Así lo jugó San Lorenzo. Y así lo ganó. El Ciclón de Ruben Darío Insua se quedó con el clásico ante Huracán de principio a fin. Fue por 1-0 con gol de Ezequiel Cerutti al inicio nomás en un Nuevo Gasómetro repleto que vibró con la vuelta al triunfo tras seis fechas (cuatro empates y dos derrotas en fila). El Globo dejó en el Bajo Flores una racha de diez sin caer. Ahora, entre amateurismo y profesionalismo, la paternidad se estiró a 39 encuentros a favor de los Cuervos.

El estallido de alegría se produjo apenas a los dos minutos. Ahí, en el amanecer del derby, cuando Huracán intentaba controlar la pelota, el que manejó el medio y armó una gran jugada fue San Lorenzo. La arrancó Adam Bareiro en el circulo central con un lujoso enganche y antes había salido desde el arco de la misma manera Augusto Batalla. Todo terminó en un remate de Ezequiel Cerutti cruzado que se le metió abajo a Luchas Chaves.

Con dientes apretados, el Ciclón salió a impedirle el circuito de fútbol a un Globo que se hace fuerte con la circulación de pases. Pero no pudo hacerlo ante un conjunto local concentrado, ordenado y muy metido en cada acción. El tridente de ataque azulgrana (Cerutti, Bareiro y Barrios) presionaban y desequilibraban cada vez que tenían contacto con el balón. Un tiro libre de Adam fue contenido por Chaves.

La visita no hacía pie en el Bidegain. Sus mejores piernas no aparecían y caían en imprecisiones groseras. Así, el dominio era azul y rojo, por energía y por prolijidad. Pero, de a poco, el trámite se fue emparejando y trabando en el medio. ¿Por qué? Porque Huracán intentaba y San Lorenzo no lo dejaba.

Los de Boedo apostaban a un contraataque. Bareiro era el único delantero que no pasaba la línea del balón. El resto,a defender y hacerle piquetes a los callejones de juego de los de Parque de los Patricios, que terminaban en pelotazos a la nada misma ante la falta de espacios por abajo. Recién en el final de esa primera etapa tuvo un remate la visita. Guillermo Soto la encontró en el área en una subida pero su disparo fue débil y no resultó problemas para Batalla.

El travesaño tembló en el arranque del complemento. Bareiro buscó sorprender con un disparo violento y el poste horizontal le negó el gol. Algo parecido le pasó a Matías Cóccaro, que también se quedó con el grito atragantado. El goleador de Huracán la metió pero estaba en offside.

Los dirigidos por Diego Dabove apretaron el acelerador y empezaron a merodear cada vez más el arco de Batalla. Los signos de cansancio se hicieron presente en algunos jugadores del dueño de casa. Por eso Insua refrescó piernas con los ingresos de Andrés Vombegar e Iván Leguizamón. Lo que no se entendió fue por qué sacó a Barrios, que era el más desequilibrante y podía seguir corriendo un rato más. El cambio pintaba por Bareiro.

Lequizamón, a pura velocidad, comandó un contragolpe por la derecha. Nadie lo pudo alcanzar y así se metió al área, pero se ensució la jugada en los últimos metros. Así y todo, el balón quedó dividido y Vombergar no pudo contra la salida de Chaves. El encuentro quedó totalmente abierto. Con un San Lorenzo que aprovechaba el campo abierto en el fondo de un Globo que tenía que buscar el empate.

Hubo tiempo para que entraran Néstor Ortigoza y Agustín Martegani en el tramo final para tener más la pelota, que se perdía demasiado rápido. Un codazo de Lucas Merolla sobre Gastón Hernández hizo reaccionar a todo San Lorenzo. Y ahí se armó: agarradas, manotazos, discusiones... El árbitro, Fernando Rapallini solucionó todo con una catarata de amarillas.

El clásico terminó bien caliente, pero los tres puntos quedaron en Boedo, como marca la historia.

Por @LanzillottaOk

Mundo Azulgrana

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Sitio web y programa de radio dedicado al Club Atlético San Lorenzo de Almagro

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