Sin reacción ni soluciones afuera

Atomik

Sin reacción ni soluciones afuera

San Lorenzo quedó afuera del Torneo Apertura con haciendo sólo dos cambios (uno de ellos obligado). ¿Tenía Russo soluciones en el banco?

Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en WhatsApp

La eliminación de San Lorenzo en semifinales ante Platense no solo dejó un sabor amargo por el resultado, sino también por el desarrollo del partido y, en particular, por las decisiones que se tomaron —o no se tomaron— durante el encuentro. Miguel Ángel Russo realizó apenas dos modificaciones en un encuentro donde su equipo mostró poco funcionamiento y escasa capacidad de respuesta tras el gol rival.

El primer cambio fue obligado: la lesión de Ezequiel Cerutti a los 15 minutos del primer tiempo obligó el ingreso de Matías Reali. Hasta ahí, lógica pura. Pero el segundo movimiento llegó recién a los 36 minutos del segundo tiempo, cuando San Lorenzo ya perdía 1-0 desde hacía diez minutos y el partido se le escurría entre las manos. Ingresó Cuello por Tripicchio. Nada más. Nada menos. El trámite no se modificó y Platense, sin mayores sobresaltos, sostuvo la ventaja hasta el final.

Es cierto que el banco de suplentes no ofrecía un abanico de opciones que permitiera imaginar un giro completo del equipo: nombres como Fabricio López, Nery Domínguez, Daniel Herrera, Pedroza, Insaurralde, Cecchini, Irala, Salinardi y Ladstatter no vienen teniendo protagonismo sostenido. Pero, en una instancia decisiva, la necesidad de buscar variantes no solo es táctica sino también emocional. Mover el banco, a veces, es también un mensaje hacia adentro y hacia afuera.

San Lorenzo jugó mal desde el inicio y nunca encontró los caminos para romper la defensa de Platense. Sin sorpresa por las bandas, con un mediocampo estancado y sin peso ofensivo, el equipo pedía una intervención más arriesgada desde el banco. Russo no lo vio así. ¿Por convicción? ¿Por falta de confianza en las alternativas disponibles? ¿O simplemente por no ver margen de mejora en los relevos?

El resultado ya es historia, pero el debate queda abierto. En un partido que pedía decisiones, la sensación es que San Lorenzo tuvo pocas. Russo apostó a sostener a los que estaban en cancha, esperando una reacción que no llegó. Y esa inercia, más que el rival, fue la que terminó sellando la eliminación.