Adiós, Tingui

Falleció Héctor Osvaldo Facundo. Para muchos de sus amigos, el “Tingui”. La noticia se confirmó en horas del mediodía cuando precisamente en la jornada de hoy, junto a sus compañeros campeones de 1959, iba a ser distinguido por parte del club, en la esquina Homero Manzi, a cincuenta años de aquel título. Un paro cardíaco acabó con su vida a los 71 años.

El destino quiso que su deceso se produzca cuando el propio Facundo estaba trabajando en la organización de los festejos de estas bodas de Oro de aquel equipo campeón, en su carácter de presidente de la Mutual de ex jugadores de San Lorenzo de Almagro.  Este homenaje se suspendió a raíz de esta lamentable pérdida para la familia sanlorencista y el fútbol argentino.

Porteño, oriundo de Villa Real, Facundo había nacido el 27 de noviembre de 1937. En la década del cincuenta, llegó al Ciclón para sumarse a las divisiones inferiores y fue, 1956, cuando asomó por primera vez en Primera División.

En 1958 fue el año que le dio mayor continuidad en la máxima categoría, ocupando la posición de wing derecho, haciendo gala de su fuerte remate. Su pegada, inigualable, sumada a su técnica individual para ser una amenaza constante al arquero rival, le dio crédito suficiente para ser un referente a fines de los cincuenta y principios de los sesenta.

Un año después, el atacante tendría su año consagratorio por haber salido campeón del torneo argentino, integrando una delantera inigualable denominada “Los Pistoleros”. La misma se componía con su figura como wing derecho, sumado a Miguel Ángel Ruiz, Omar Higinio García, José Francisco Sanfilippo y Norberto Constante Boggio.

Esta delantera en forma completa, integró el seleccionado argentino que compitió en el campeonato Sudamericano de Ecuador en 1959. Tres años más tarde, Juan Carlos Lorenzo lo convocó para el Mundial celebrado en Chile. En del debut nacional, Facundo convirtió el único tanto del partido, que sirvió para vencer a Bulgaria por 1 a 0 (ver segunda foto).

En San Lorenzo de Almagro jugó 125 partidos, entre 1956 y 1963, convirtiendo 28 goles. En este último año, fue transferido al clásico rival del Ciclón, Huracán de Parque de los Patricios.

A fines de la década del ochenta, fue el ex presidente azulgrana Fernando Miele quien lo convocó para trabajar en al escuela del fútbol infantil, donde ha dirigido, entre otros, a Gonzalo Rodríguez. Paralelamente, nunca descuidó sus actividades comerciales.

En los últimos años, se lo vio permanentemente como vecino de Boedo en todo evento y partido que se desarrolló en la institución, concurriendo asiduamente a la sede de avenida La Plata como la Casa del Vitalicio.

Sus restos serán velados a partir de las 22 en la cochería “La Italo Argentina”, ubicada en Pavón y avenida La Plata, de esta Capital Federal.