Lo que necesitaba

San Lorenzo tenia la imperiosa urgencia de ganar después de cuatro partidos y al fin lo logró. Venció en su casa a un débil Tigre por 1 a 0 con un tanto de Alfaro. En todo momento, fue más que su rival.

Alfaro festeja su gol abrazado con Pintos, para devolverle la sonrisa a Boedo (Fotobaires)

Alfaro festeja su gol abrazado con Pintos, para devolverle la sonrisa a Boedo (Fotobaires)

El conjunto de Diego Simeone salió al campo de juego para enfrentar a Tigre sabiendo que debía irse del Nuevo Gasómetro con los tres puntos en su bolsillo. Y así fue: ante un equipo bastante timorato, transpiró la camiseta (más de la cuenta, producto de la falta de fortuna y también de la incapacidad para definir) para conseguir un 1 a 0 que cortó una racha de mas de 500 minutos sin gritar tantos y significó el debut en la red del uruguayo Emiliano Alfaro, que buscó de forma incesante su gol.

Cada equipo planteó maneras divergentes de entender el partido. Por un lado, San Lorenzo, y con su mochila a cuestas, debía ir con todo al frente. No sólo porque su historia de esta forma lo dicta sino porque también la necesidad de resultados hacia imperiosa una victoria. Por eso fue y fue pero, como es costumbre en los once de Simeone, sin demasiadas ideas, sin gran volumen de juego. Tuvo la bola pero, muchas veces, no supo que hacer con ella y abusó de los centros para delanteros sin altura, que les costó resolver lo que proponían los volantes. Fue ayudado, no se puede negar, por una línea de mediocampistas del Matador de Victoria que se propuso cortar el juego y recuperar la redonda pero pocas veces lo hizo de manera correcta.

Por otro lado, los de Caruso intentaron todo el tiempo no perder y dependieron de su arquero, Islas, de buena tarde, de cerrar en cero su arco y hacer negocio. No propusieron, no atacaron y ni siquiera contra atacaron. Apenas apostaron a la pelota parada y no mostraron ninguna ambición, dejándole el protagonismo del duelo al dueño de casa. Por si fuera poco, su plan parecía desmoronarse cada vez que el Ciclón, sin muchas luces, atacaba con casi todos sus jugadores, algo que terminó sucediendo cuando restaban solo 8 minutos para la finalización de la historia gracias a un disparo certero del uruguayo Alfaro, que se dio el gusto de celebrar su primer tanto con la casaca azulgrana. Luego de esa acción, se bajó la persiana y no hubo lugar para otras emociones.

¿Fue merecida la victoria del cuervo? Por supuesto. Sin embargo, todo el mundo sabe que Diego Simeone, con este plantel, puede aspirar a algo más que a vencer a este Tigre por 1 a 0 restando poco para el final. Tendrá él la responsabilidad de obtener, para que no queden dudas por parte de la gente, una funcionalidad del equipo que, aparte de lograr resultados, tenga un mayor nivel de juego.

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