"Algo me dice que voy a volver a San Lorenzo"
Bauza habló de su paso por el club y abrió la puerta a un posible regreso. La influencia de Griguol, el recuerdo de la Copa y su opinión sobre Almirón: "Hay que dejarlo trabajar".
Son varios los nombres desfilan por los vestuarios, pero pocos los que quedan en la historia. Algunos, incluso, terminan grabados en la piel. El apellido de Edgardo Bauza, por ejemplo, está dentro de ese puñado. Porque, con sus pergaminos, el DT guió a San Lorenzo hacia el título más importante de sus 110 años. La Tierra ya dio cuatro vueltas alrededor del sol desde aquel 13 de agosto de 2014, cuando la Libertadores se quedó en Boedo para siempre. Pero el recuerdo todavía late, como los millones de corazones que hicieron vibrar el Pedro Bidegain esa noche. Y el Patón fue el arquitecto de ese equipo que quedó inmortalizado en un poster. "Recorrí el mundo. En algunos me fue bien, pero donde todo salió perfecto fue en San Lorenzo", dijo.
Bauza tiene 60 eneros y un extenso recorrido como entrenador. Además de la Argentina estuvo en Perú, Ecuador y Brasil. Incluso, se hizo cargo de la Albiceleste ("fue muy bueno, más allá de los resultados", recordó), la selección de los Emiratos Árabes Unidos y de Arabia Saudita. Y anoche festejó el Día del Director Técnico con un raid mediático en San Lorenzo de América (FM 93.1) y La Cicloneta (AM 1070), donde aseguró que el coach que más lo marcó fue Timoteo Griguol: "Este trabajo es el trabajo que me gusta y que amo".
Si bien logró la Libertadores 2008 y la Recopa en su edición de 2010 cuando dirigía a Liga de Quito, hay otra medalla que guarda en su corazón. Una que, a pesar de los años, acude a su memoria de forma recurrente: la que se colgó con San Lorenzo. "Esa Copa fue terrible.. ¡Pasó de todo! Sufrimos mucho, pero teníamos un gran plantel y lo pudimos lograr. Les tenía una confianza total a los jugadores", contó. A su vez, rememoró el cariño que le brindaron durante su estadía en Boedo: "Desde el presidente hasta el último empleado me han tratado muy bien".
Y, aunque su presente está en Rosario Central, no pierde de vista lo que sucede con el club en el que supo dirigir. "El plantel que teníamos nosotros no se puede comparar con el actual. No quedó casi ninguno... Fue una renovación total", analizó. De hecho, bancó a su colega Jorge Almirón: "No es fácil armar un equipo de un día para el otro. Al técnico hay que darle tiempo y dejarlo trabajar".
De algún modo, San Lorenzo lo marcó. Pero no sólo le queda el recuerdo, que "siempre está presente". Tanto se encariñó que, por momentos, se ilusiona con regresar. "Hay algo que me dice que voy a volver a dirigir en San Lorenzo... Es un sueño a cumplir", soltó. Y sí, Patón: para lograr algo primero tenés que soñarlo...