San Lorenzo no pudo con Olímpico

Con una tremenda puntería en triple de arranque (Herrmann 3/3), San Lorenzo sacó una ventaja impensada en solo 7 minutos (20-9), que le sirvió para controlar el partido desde el comienzo, aunque no fue sostenido, porque aunque mantuvo una diferencia un buen tiempo (32-20), Olímpico le cambió la defensa, el tiro dejó de entrar con la misma frecuencia, empezaron los problemas de faltas (2 de Aguirre, 2 del debutante Elliott) y el trámite se complicó.

Mucho se complicó. San Lorenzo se secó por completo (otra vez fue decisivo Williams obligando a cambiar la parábola de los tiros), Olímpico forzó en defensa, con penetraciones y le generó doble problema: metió a 3 jugadores en tres faltas (Aguirre, Musso, Elliott) además de un parcial de 20-2, para pasar a ganar 40-34 a 35s del final del segundo cuarto. 

San Lorenzo no se pasaba el balón, no tenía juego interior y terminaba, por lo general, tirando malos lanzamientos o perdiendo la pelota, y Olímpico le sacó el máximo provecho.

Tras empezar mal el tercero (36-45), San Lorenzo cambió la energía. Forzó más adentro con Powell, buscó más penetraciones con Aguirre y Elliott le dio también mucha actitud. De hecho, 5 puntos del debutante le dieron la primera ventaja en un rato largo tras un parcial de 11-1 (47-46).

Olímpico no estaba terminado ni mucho menos, pero tuvo que pasar la tormenta sin Williams (3 faltas) y sin Stanic (descanso). Entonces apareció Guaita, pero sobre todo el tiro exterior: 5 triples casi seguidos: 1 de Guaita, 1 de Cosolito, 2 de Van Lacke y 1 de Cantarutti, más un doble y falta de Cosolito, para increíblemente, como venía el partido, casi quebrarlo. Olímpico se iba 13 arriba, la máxima, a 1m13s del final del período. 

El último cuarto fue muy picante. San Lorenzo se recuperó rápido con mayor actividad e intensidad, un par de bombas y mucha actitud defensiva, aprovechando la ausencia aún de Stanic y Williams. Se puso a 3 (65-68) muy pronto, pero sin volumen de juego, aunque con mucho corazón.

Olímpico no perdió la paciencia, Duró mandó de nuevo a Williams y a Stanic y la cosa se tranquilizó, porque Williams ordenó las cosas atrás y Stanic manejó el ritmo. San Lorenzo nunca pudo encontrarle la vuelta al juego, porque no tuvo ese jugador al que darle el balón y que resuelva, y porque todo le salió muy sucio, mérito de Olímpico. 

Los santiagueños terminaron llevándose el juego con mucha autoridad 80-72, cortando la racha de seis derrotas consecutivas fuera de casa, con Van Lacke como figura (27 puntos, 8/13 de cancha, 5 rebotes) pero con Williams como la sombra que está en todos lados (11 puntos, 14 rebotes, 4 tapones).