El arco de Boedo, ese candente problema sin solución
Otra vez un grosero error de un arquero le cuesta un partido a San Lorenzo. Es un puesto sin dueño que necesita seguridad de manera urgente.
Todos se agarraron la cabeza. La noche ya le había ganado a la tarde de primavera, que por lo gris y lo fresco se pareció más a una de otoño, cuando el partido que estaba clavado en un empate se moría. Pero Gabriel Rojas se escapó por la izquierda y lanzó un centro en forma de flechazo al corazón del área de San Lorenzo y Gastón Gómez salió a cortarlo con un puñetazo. Quedó corto el Chila y le dejó servido el triunfo en la cabeza de Facundo Mura, que hizo un doblete agónico para la explosión de felicidad racinguista y el estallido de silbidos del Nuevo Gasómetro por el 1-2 final.
Otra vez un error de un arquero le cuesta muy caro al Ciclón. Gómez venía de buenas actuaciones, aunque falló groseramente y provocó la segunda derrota del ciclo de Miguel Angel Russo, que tuvo cierta responsabilidad también con sus cambios (¿por qué sacó a Alexis Cuello que estaba siendo la figura para poner a un estático Vombergar?). Había salvado al equipo en el primer tiempo con una buena atajada. Sin embargo, quedó en el debe por ese desatino final que costó el domingo.
No hay caso. El arco de Boedo parece estar maldito. Desde la partida de Augusto Batalla nadie puede hacerse fuerte bajo los tres palos. Lo intentó Facundo Altamirano, por quien la dirigencia de Marcelo Moretti confió al comprarle su pase a Banfield. Lo intenta el Chila Gómez. No obstante, ninguno termina de afianzarse.
Nadie brinda la seguridad necesaria. Altamirano parecía que se iba a adueñar de los guantes de San Lorenzo, pero empezó a tener malas salidas, errores en sus calculos y quedó expuesto. Algunos conectan su bajo rendimiento con la fractura de malar derecho que sufrió en febrero de este año tras un choque con Maravilla Martínez justamente en un duelo ante La Academia. Casualmente desde ese momento se lo vio más inestable.
Después de visibles errores ante Boca, Leandro Romagnoli decidió sacarlo y darle la titularidad a Gómez, que respondió con buenas reacciones, sin dar una solvencia total. Más allá de alguna ausencia por cuestiones físicas, Russo lo sostuvo en el arco. Ahora, pifió feo con un rechazo corto y el equipo cayó en otro clásico.
El del arquero se sabe que es uno de los puestos más ingratos e injustos del fútbol. Un error termina casi siempre en gol rival. El que se equivoca la va a buscar al fondo de la red. Y queda expuesto. Pero tampoco se puede andar cambiando de arquero todo el tiempo, ya que generaría mayor desconfianza.
De todas maneras, hay una realidad exhibida: el arco de San Lorenzo carece de dueño y está claro que de cara a 2025 el club azulgrana buscará a alguien de probada experiencia. Hace unos días fue ofrecido Gallese, el peruano que es titular en su selección y a quien se le vence el contrato en la MLS a fin de año. También sonarán otros nombres.
La opción de compra de Chila es de 1,8 millones de dólares, demasiado elevada. Altamirano podría emigrar a préstamo si no tiene la continuidad segurada. Russo se las arreglará con lo que tiene en las últimas cuatro fechas y luego será momento de tomar decisiones. El arco de Boedo necesita un dueño de jerarquía para no seguir regalando partidos.
Por @LanzillottaOk
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