Crónica de un final anunciado
Anoche en Lanús, San Lorenzo volvió a mostrar su pobre versión 2017. El análisis de principio a fin de un proceso que parece estar acabado.
El 8 de marzo arrancó la temporada oficial de San Lorenzo de Almagro en este 2017. Sin Cauteruccio, Blanco y Mas y con las incorporciones de Botta y Piris Da Motta comenzó una nueva ilusión con la Copa Libertadores y el resultado fue un duro cachetazo: 0-4 ante Flamengo en el Maracaná.
En el Campeonato el Ciclón estaba segundo a tres puntos de Boca por lo hecho en la primera parte y en la reanudación se impuso 2-1 a Belgrano como local pero otro golpe en la Copa ante Paranaense (0-1) en el Bidegain dejaba más dudas que certezas. Después llegó una derrota 0-2 contra Godoy Cruz en Mendoza que hacía más dificil el presente en un comienzo con tres caídas en cuatro presentaciones.
El dato a remarcar es que el 0-4 contra Flamengo y el 0-2 ante Godoy Cruz fueron las únicas dos derrotas por más de un gol en todo el año hasta ayer. Caídas ante Tigre, Atlético Tucumán y Temperley pusieron a Diego Aguirre entre la espada y la pared pero seis triunfos al hilo (tres por Copa y tres por Campeonato) le dieron fuerza e hicieron que el Ciclón pase de pase en la Libertadores y vuelva a ponerse a tiro en el campeonato ya que había quedado segundo a tres puntos de Boca.
Hubo mucha relajación post-clasificación agónica contra los brasileños ya que Diego Aguirre subestimó a Aldosivi y cayó como local dilapidando sus chances en el torneo doméstico que terminaron por destruirse con una tibia noche contra Racing en Avellaneda (1-2). Ahí el objetivo pasó a quedar entre los cinco primeros para lograr la clasificación a la Copa 2018 y se le ganó a dos díficiles: River y Banfield, pero la caída ante Colón y el empate contra Talleres sepultaron otra meta.
No había tiempo para cambios y así el Ciclón fue a Ecuador para enfrentar a Emelec por la ida de los octavos de final y ganó 1-0 para irse de vacaciones y preparar la pretemporada con tranquilidad. Llegaron cuatro refuerzos y se reincoporaron dos más pero Aguirre mantuvo a los irregulares titulares, así perdió en la revancha contra los ecuatorianos pero pasó sufriendo por los penales.
Llegó el turno de la Copa Argentina. Reniero y Navarro salvaron del rídiculo ante Cipolletti (1-1 y triunfo por penales) que terminó sucediendo contra Deportivo Morón (0-1). La Copa Argentina, otra ilusión, también fue liquidada y Aguirre fue ratificado aguantado únicamente por haber llegado a Cuartos de Final de la Copa Libertadores.
El arranque en el campeonato fue un 1-1 versus Racing como local y siguió con un empate sin goles ante Rosario Central con los suplentes. Los titulares se guardaron para el partido de ida ante Lanús en el que salieron con una digna actitud y lograron un importante 2-0.
Contra Arsenal hubo nuevo descanso y los relevos consiguieron un triunfo, el primero del campeonato. Llegó la revancha ante Lanús y en tan solo 16 minutos se tiró todo por la borda. El equipo salió sin actitud, fue a defenderse y ni siquiera lo hizo bien. Quedaron tres cuartos de hora para dar vuelta la historia pero esta vez la suerte no apareció y lo que sí se hizo presente fue el nivel mediocre que se vió durante todo el año.
Sin Copa Libertadores 2017 y practicamente afuera de la 2018, el final era previsible. Ahora sin la motivación de la Copa, Aguirre dijo adiós.