Los técnicos de Lammens
De la era Matías Lammens como presidente de San Lorenzo, Diego Aguirre es el primer entrenador contratado que no ganó títulos. El repaso de la historia de cada uno.
En 2012 tras la crisis institucional, Matías Lammens asumió como presidente provisional con el apoyo Marcelo Tinelli. Ricardo Caruso Lombardi era el DT azulgrana que había logrado la salvación del descenso en el Clausura pero un flojo arranque en el campeonato generó que sea despedido, el único de la era LaTi.
Sorprendió la contratación de Juan Antonio Pizzi, quien mientras el Ciclón evitaba bajar de categoría unos meses antes, dilapidaba la chance del ascenso con Rosario Central. El argentino nacionalizado español debutó con un 0-0 en Mendoza ante Godoy Cruz, igualó 2-2 ante Quilmes como local y luego sufrió un 1-3 ante Boca como visitante pero con el pasar de los partidos logró darle una identificación al equipo para que sume un buen colchón de puntos y se aleje de la zona de peligro hasta llegar a clasificar a la Copa Sudamericana.
En su segundo año al frente del equipo arrancó con una prematura eliminación ante River por el certamen de segundo orden del continente pero peleó Copa Argentina y el campeonato hasta el final. En Catamarca y con la ilusión de muchos cuervos, cayó en la definición 0-3 ante Arsenal y presentó la renuncia que no fue aceptada por los cabecillas azulgranas. Pizzi siguió y así obtuvo el Torneo Inicial en una definición angustiante ante Vélez en Liniers. Aquel fue el último campeonato local obtenido por el Ciclón. A las horas el entrenador anunciaba de forma sorpresiva su renuncia y su llegada al Valencia de España.
San Lorenzo encaraba un 2014 con el desafío de disputar la Copa Libertadores tras 5 años y para eso contrató a un DT que la supo levantar, Edgardo Bauza. Su arranque no fue nada bueno con derrotas ante Botafogo y Olimpo pero con los triunfos ante Racing e Independiente del Valle empezó a sumar confianza. Fue un semestre compacto e intenso por la Copa Mundial de la FIFA, hubo desgaste y el pasar en el campeonato no fue bueno (terminó 11°) pero haber superado la fase de grupos le dió crédito que creció aún más con el avance a semifinales tras eliminar a dos brasileños pesados, Gremio y Cruzeiro.
Tras el mundial, el Patón tuvo la capacidad de superar la presión de ser el equipo más importante de los cuatro semifinalistas y la ausencia de Ángel Correa (y de Ignacio Piatti en el último partido de la final) para obtener la Copa Libertadores, la primera de la historia del Ciclón. El año se cerró con eliminación en segunda ronda de la Copa Argentina, un Torneo de Transición muy irregular y con la derrota en la final del mundial de Clubes ante Real Madrid en Marrakech.
El segundo año de Bauza arrancó con dos objetivos, la Copa Libertadores y el Campeonato de treinta fechas. En la Copa no logró superar la fase de grupos y el campeonato lo peleó hasta el final quedando en segundo puesto logrando la clasificación a la siguiente edición del certamen internacional. También lamentó la eliminación en cuartos de final la Copa Argentina ante Racing en La Plata, que finalmente se la quedó Boca al igual que el campeonato. Esta situación hizo que el Ciclón dispute la Supercopa y el Patón se iba de Boedo tras completar un ciclo exitoso.
Del otro lado de la Cordillera de los Andes un técnico argentino poco conocido revolucionaba el fútbol chileno con Palestino. Se trataba de Pablo Guede, que había triunfado en el ascenso con Nueva Chicago. Su contratación era una jugada arriesgada pero Lammens apostó por su juventud y disciplina.
La revolución Guede arrancó con un verano tremendo con duras derrotas ante River y Huracán y oficialmente igualó en dos ante Patronato en Paraná que hicieron bajar las expectativas pero el rimbombante 4-0 a Boca en Córdoba por la Supercopa llenó de alegría al pueblo azulgrana. El equipo logró sumar de a tres en varios partidos del campeonato pero nunca pudo imponerse en la Copa y se fue eliminado con tres empates y tres caídas.
Fuera de la Libertadores, el entrenador y el equipo lograron dejar las diferencias de lado y trabajaron para ganar la zona que pelearon mano a mano con Godoy Cruz. Del otro lado en la final estaba Lanús y en el mano a mano la diferencia fue abismal, un doloroso 0-4 en Núñez. A pesar de que el campeonato se escapó de las manos, el proceso dejó la clasificación a la Libertadores y a la Sudamericana. Durante el receso por la Copa Centenario estalló la interna entre el plantel y el DT. También se habló de rumores de contratación desde Medio Oriente y así fue como pegó el portazo.
San Lorenzo arrancaba una nueva pretemporada sin conductor y así fue como la dirigencia buscó un entrenador sin trabajo y encontró a Diego Aguirre, quien meses antes había dejado Atlético Mineiro tras quedar eliminado en cuartos de final a manos del San Pablo de Edgardo Bauza. Para el fútbol argentino el uruguayo era desconocido, y sus pergaminos eran cuatro títulos en Peñarol, un puñado de Copas en el remoto fútbol qatarí y haber avanzado a instancias finales de Copa Libertadores (Peñarol - Final 2011, Internacional - Semifinal 2015 y Atlético Mineiro - Cuartos de final 2016).
Le tocó viajar a centroamérica para la gira por Costa Rica y Guatemala y al regresar tuvo su presentación ante Unión de Sunchales por Copa Argentina. Fue un triunfo 3-1 que se repitió en la fase siguiente ante Douglas Haig.
La crisis en el fútbol argentino hizo demorar el comienzo del campeonato y se programó un amistoso ante Boca en La Plata. Aquel día hubo derrota y aunque fue amistoso, fue el primer dolor de cabeza que propinó el uruguayo. A los pocos días fue el debut en la Sudamericana (0-2 ante Banfield) y un 2-2 contra San Martín de San Juan en el Bidegain por el campeonato empezó a generar murmullos, murmullos que fueron callados en el 4-1 para remontar la serie contra el Taladro.
A partir de ahí se vió el mejor fútbol de la era Aguirre con Fernando Belluschi y Martín Cauteruccio brillantes y una sinfonía que completaban Néstor Ortigoza, Nicolás Blandi y Sebastián Blanco. El buen andar en el campeonato, Copa Argentina y Sudamericana hacían creer que el Ciclón iba por todo pero en noviembre se cayó la estantería con dos eliminaciones sin derrotas: 1-1 y 0-0 contra Chapecoense en semifinales de la Copa Sudamericana y 2-2 y penales contra Gimnasia en Salta por los cuartos de final de la Copa Argentina. Para colmo a esto lo siguió una derrota ante Boca en el Bidegain para arrebatarle la punta a Boedo, que nunca logró recuperar.
El 2017 arrancó con el Ciclón segundo en el campeonato y en un grupo complicado en la Copa Libertadores en el que comenzó con derrotas ante Flamengo y Atlético Paranaense pero logró torcer el rumbo y avanzar de fase. En el torneo local fue muy irregular y sufrió derrotas en la mitad de los partidos, que provocaron quedarse afuera de la clasificación a la Copa Libertadores 2018.
El primer semestre del año se despidió con un triunfo ante Emelec que generaba mucha ilusión pero no quitaba el sabor amargo por no haber entrado a la Libertadores del año siguiente. Tras el receso, se inició la nueva pretemporada con seis caras nuevas y sin Néstor Ortigoza. Rispideces varias hicieron que Gonzalo Bergessio, Tino Costa, Fabricio Coloccini y Matías Corujo no formen más parte del plantel y el DT fue claro en sus concepto de no quitarle el lugar a sus titulares. Bajo ese manto de polémica se firmó la renovación hasta diciembre con posibilidad de extensión por seis meses más.
La actuación en la vuelta ante Emelec fue paupérrima y terminó en derrota y definición por penales que supo hacer lucir a Navarro para lograr el pase a la siguiente instancia. Misma acción para el encuentro ante Cipolletti cinco días después por Copa Argentina. El mal juego siguió en el tercer partido pero la suerte no y así fue como se dió la derrota 0-1 ante Deportivo Morón por Copa Argentina para dilapidar otra chance más de entrar a la Copa del próximo año.
En el campeonato hubo empate ante Racing como local y se dió forma así al peor arranque de los últimos diez años (2 puntos en los 4 primeros partidos). La historia no se torció en la segunda fecha ante Central, en el que los suplentes -con 10 jugadores más de la mitad del partido- sumaron una unidad. Todo era pesimismo porque no había ni fútbol ni goles pero la actitud del equipo en el 2-0 contra Lanús en el partido de ida por Copa Libertadores infló el pecho de los jugadores y del propio cuerpo técnico que se vió respaldado. Ante Arsenal volvieron a actuar los suplentes y le dieron la victoria a 15 minutos del final y así la última presentación bajo el mando de Aguirre en el Bidegain fue un triunfo.
Los titulares descansaron pero no se prepararon para la revancha ante Lanús. En tan sólo 16 minutos se deshizo todo lo bueno que se construyó en los primeros 90 y a pesar de que quedaba mucho tiempo no apareció ni la suerte de ningún perrito ni de las manos de Navarro. De esta manera por penales, San Lorenzo quedó eliminado y así sin espalda ni motivación, la renuncia llegó al día siguiente para terminar un ciclo sin éxitos, por primera vez en la era Lammens.
Los números
Juan Antonio Pizzi (renunció)
Duración en el cargo: 14 meses
Títulos: Torneo Inicial 2013
Clasificaciones: Sudamericana 2013 y Libertadores 2014
Torneo local: 11° (dirigió 9 fechas), 4° y 1°
Copa Argentina: Finalista
Edgardo Bauza (finalizó su contrato)
Duración en el cargo: 23 meses
Títulos: Copa Libertadores 2014
Clasificaciones: Libertadores 2015 y Libertadores 2016
Torneo local: 11°, 8° y 2°
Copa Argentina: 16avos y Cuartos de Final
Pablo Guede (renunció)
Duración en el cargo: 6 meses
Títulos: Supercopa Argentina 2015
Clasificaciones: Sudamericana 2016 y Libertadores 2017
Torneo local: 2°
Copa Argentina: No la jugó
Diego Aguirre (renunció)
Duración en el cargo: 14 meses
Títulos: Ninguno
Clasificaciones: Sudamericana 2018
Torneo local: 7°
Copa Argentina: Cuartos y 16avos de final