Mamucho eterno
El 22 de enero de 1941 en un partido amistoso ante Liverpool de Uruguay, debutó con la camiseta azulgrana uno de los más grandes ídolos del club: Rinaldo Martino. La historia de un joven que vino en silencio y dejó grandes recuerdos.
La mala campaña de 1940 motivó a los dirigentes a ir a buscar nuevas figuras para la nueva temporada. Por un dato llegaron a Rosario para ir a ver al “torito” Aguirre, figura de Central Córdoba, a quien pensaban contratar sin vueltas. La lluvia impidió que los “charrúas” jugaran y fueron a ver a Newells contra el Belgrano rosarino.
Un atacante de Belgrano de gran habilidad y eficacia los deslumbró. Rinaldo Fioramonte Martino, de solo 20 años. San Lorenzo finalmente pagó 13 mil pesos, muchos menos de los 40 que pensaba gastar en Aguirre. Al arribo a Buenos Aires enseguida el entrenador húngaro Hirsh lo incluyó en el primer equipo, integrando el ataque con el vasco Lángara.
Aquella noche del estreno nocturno ante Liverpool, San Lorenzo formó con Herrera; Tarrío y Ernesto González, Zubieta, Fernando García y Colombo; Cavadini, Fabrini, Lángara, Martino y Nicolau. El ciclón ganó 1 a 0 (gol de Fabrini). “Estaba cohibido por los nombres del equipo esa noche, no quedé conforme”, decía Martino que luego pagó cada peso.
Su campaña fue ejemplar. Campeón en el brillante título de 1946, que luego se prolongó en la exitosa gira europea. En su campaña realizó 142 goles oficiales y fue goleador del torneo argentino de 1942. Para la Selección Argentina señaló el famoso gol de América que le otorgó el título de campeón Sudamericano 1945.
Su apodo característico surgió una noche que lo entrevistaban por radio y le preguntaban sobre como se veía para ser el 10 titular de Argentina. Rinaldo, que competía en su puesto con Labruna, contestó: Y no sé..Labruna, juega ma mucho que yo! Y “Mamucho” quedó para identificar por siempre a este gran caballero del balón.