Del Bosque a la televisión

Se cumplía la primera fecha del campeonato 1989/90 y un nuevo San Lorenzo dirigido por Héctor Veira, visitaba el bosque platense. El “renovado” Ciclón ya no contaba con Coloccini, Malvárez, Zacarías, Gorosito, Rifourcat, Pogany y Ahmed que se habían alejado, ni con el “Beto” Acosta (que regresaría poco después) y Fabían García lesionado. Los once eran un interrogante.

San Lorenzo, acuciado por los problemas económicos salió con Docabo; Luis Villareal, Marchi, Carrasco y Riquelme; Gustavo González, Siviski, Bernuncio, Tempone; Victor Ferreyra y Calbanese. En un juego chato y discreto, el Ciclón cumplió al ganar 1 a 0, con un penal que convirtió el “negro” Villarreal en el primer tiempo. El triunfo sirvió para cortar la peor racha negativa en ese estadio y para presentar a una joven promesa que no fue.

La crónica de El Gráfico (a cargo de Juvenal) de aquel partido cuenta que “Diego Díaz, un pibe muy habilidoso de Deportivo Riestra, que entró a los 27m del segundo tiempo, lució un lindo par de tobilleras a lo Tata Martino, la tocó muy poco, recibió un par de lustradas y tendrá que hacerse, como es lógico, a la nueva responsabilidad de vestir la azulgrana”.

Una responsabilidad que lo superó y en promesa quedó. Diego cumplió su sueño sanlorencista y el ciclón ganó pero su carrera en el club fue efímera. Solo jugó el siguiente partido con Chaco For Ever e ingresó en otro con Estudiantes. “Nunca lo pude asimilar. Fue demasiado ponerme esa camiseta. Contra Chaco entré a la cancha y dije: “Tengo que hacer un gol y saltar los carteles. Pero fui un desastre, porque no pude superar el hecho de que antes estaba dentro de la hinchada”.

Su carrera siguió con altibajos en Platense (donde incluso le convirtió un gol a San Lorenzo en 1994, que sirvió para que los calamares ganaran como visitante luego de 45 años!) y Banfield, pero sus incursiones más frecuentes en Videomatch por Canal 11 junto a Tinelli lo volcaron a convertirse en un personaje de los medios.

Lo que no perdió, a pesar de su trabajo actual como analista de fútbol es su pasión por el ciclón, que mantiene intacta como aquella tarde en La Plata en que soñó ser el goleador que finalmente no fue.