Cuando San Juan fue una fiesta

El pasado 11 de noviembre se cumplieron 30 años de haber obtenido la Selección Argentina el 1º Campeonato Mundial de Hockey sobre Patines en San Juan. Ricardo Trivisonno formó parte del platel y compartió el recuerdo con el Diario El Sol de Mendoza.

BUENOS AIRES- Los mendocinos Julio Briones y Mario Rubio y el porteño Ricardo Trivisonno recuerdan ese inolvidable campeonato conseguido en el estadio Aldo Cantoni. En lo deportivo, difícilmente se pueda repetir un año tan exitoso. La cosecha la comenzó un mendocino, el Itaca Corro, cuando en abril obtuvo el título mundial mediano de box al vencer en San Remo, Italia, al colombiano Rodrigo Valdez. En julio llegó el turno del más conocido por todos, el campeonato mundial logrado por la selección nacional de fútbol tras vencer 3 a 1 a Holanda, en la final del tristemente célebre torneo organizado por nuestro país. Le tocó el turno en octubre al Boca del Toto Lorenzo, que goleaba en Alemania a Borussia Mönchengladbach y le daba el primer título ecuménico al club de la Ribera. Y la noche del 11 de noviembre de 1978, como para cerrar ese año glorioso del deporte nacional, el seleccionado argentino de hockey sobre patines le daba a nuestro país el primer título mundial, al ganarle a España 3 a 1 en un abarrotado estadio Aldo Cantoni, en San Juan. Hoy, a treinta años de la conquista que cambió la historia del hockey albiceleste y terminó de posicionar definitivamente a Argentina como potencia mundial de este deporte, dos mendocinos, Julio Briones y Mario Rubio, y un capitalino, Ricardo Trivisonno, revivieron junto a El Sol sus vivencias de esa jornada inolvidable en tierras sanjuaninas. ¿Cambiaron sus vidas después del Mundial 78? JB: En Mendoza tenía el reconocimiento de la gente. No mucho, porque acá no se vive como en San Juan, pero es bueno igualmente. Ser campeón mundial te deja muchas cosas por transmitir. La previa, el torneo y la experiencia a nivel internacional. Aparte, uno tiene que ir evolucionando. No es lo mismo ese mundial que los que se juegan ahora, por muchas circunstancias anexas. MR: A todos creo que nos cambió la vida. Hay un antes y un después de ese mundial, a nivel profesional y de amistad. En el caso de Ricardo y mío, estamos juntos todavía. Nos conocimos en esa concentración y la vida nos hizo amigos. Cuando llegué a Mendoza, después de la final, la gente me paraba para pedirme autógrafos. En ese momento fue importante, pero ahora, realmente, le das la dimensión que tiene. Nosotros no ganamos un peso por ese logro, hacíamos todo por amor a la camiseta. Esa fue una selección muy maradoniana, que sentía mucho la camiseta. RT: Las consecuencias a nivel profesional fueron enormes, un cambio total de vida para casi todos, porque la mayoría nos fuimos a jugar a Europa. Después de tanto tiempo, que la gente aún te reconozca es una gran satisfacción. Es impresionante. ¿Qué recuerdos tienen del torneo? JB: En la final estaba la cancha llena, como en todos los partidos. Cuando entramos nos tapaban los papelitos, algo muy característico del fútbol. Después vino el partido, los festejos, la gente y la caravana. Fue todo muy lindo. RT: La selección argentina de ese año ha sido reconocida por todos como la mejor de los mundiales. No solamente por lo deportivo, sino también por el grupo que se armó. ¿Tenían la presión de salir campeones por ser locales? JB: Sí, teníamos esa presión. Aparte, el equipo estaba jugando bien y veíamos que día a día íbamos creciendo. Además, teníamos la motivación de la gente, de tener todo a favor, y los partidos eran televisados, algo que no había pasado, y eso sumaba a más gente. En la etapa previa al Mundial, ¿se sentían en inferioridades de condiciones respecto de los otros jugadores por no ser de San Juan? JB: No, el grupo estaba unido y todos estábamos metidos en lo que teníamos que hacer. Pero la preselección fue dura, porque tenía que competir con los arqueros que estaban en San Juan y era difícil entrar. Yo estaba estudiando Educación Física y era difícil estudiar y viajar a entrenar, más porque acá en Mendoza el hockey no era tan difundido. Viajábamos con Rubio y Maldonado, a veces en micro o con alguien que nos podía llevar. Era todo muy a pulmón, nunca tuvimos el apoyo del Gobierno. Yo era un fanático. Entrenaba muy duro, porque era la única forma de llegar. RT: El cuerpo técnico se la jugó con nosotros. Porque todos decían “Mundial, San Juan local, todos sanjuaninos”. Sin embargo, en el plantel sólo cinco jugadores eran de San Juan. Santos Álvarez eligió a los mejores diez de ese momento, no le importaron los intereses ajenos. MR: Todos queríamos estar y nadie quería quedar afuera del equipo. Para estar en igualdad de condiciones, yo contraté a un médico personal para que me ayudara a entrenar. Compartieron plantel con Raúl Martinazzo y les tocó enfrentar al portugués Antonio Livramento y al arquero español Carlos Trullols. ¿Cómo era jugar con tres de los mejores jugadores de la historia del hockey? JB: La historia dice que Livramento fue uno de los mejores jugadores de la historia. Tanto él como Raúl eran grandes jugadores, con mucha experiencia. Pero la diferencia es que ahora conocemos a todos los jugadores del mundo por intermedio de la televisión e internet, en esa época yo los encontré en la cancha. No sabía quiénes eran, yo jugaba mi primer Mundial y para mí era todo nuevo. RT: En ese momento rompimos todos los esquemas. Argentina era un equipo joven, con ganas de triunfar, y se dio el gran salto del hockey argentino. MR: No nos importaba nada. No era que antes de los partidos no poníamos a analizar a quién teníamos enfrente. Sólo queríamos ganar, no nos importaba quién estaba adelante. Tuvieron un apoyo dirigencial que no se ha vuelto a repetir en otras selecciones. JB: Sí. Un poco por el arrastre del fútbol, entramos en una movida nacional importante. En Buenos Aires se dieron cuenta de que había un equipo de hockey en San Juan que estaba ganando, y se le empezó a dar más difusión. Si esto hubiese sido fútbol, las dimensiones hubiesen sido otras. Es preferible estar así, tranquilo, y no vivir asediado. MR: Más no podíamos pedir. Teníamos médico, masajista, dentista, psicólogo. Estuvimos más de un mes concentrados. Han pasado 30 años de aquel logro. ¿Los chicos les preguntan qué se siente jugar en la selección y ser campeón mundial? JB: Sí, siempre. Aparte, cada tanto sale alguna nota y los chicos me traen el recorte del diario y me preguntan. Quizás no son todos, pero la mayoría de la gente del hockey sabe lo que hizo Rubio o lo que hice yo o Cairo. ¿Qué significa el hockey en sus vidas? JB: Siempre he estado junto al hockey. El que juega a este deporte es un apasionado, nunca se puede olvidar. En mi caso, seguí jugando luego de ese mundial y después me dediqué a técnico, así es que siempre he estado ligado. Es una parte de mi vida. No me imagino mi vida sin hockey. Fui jugador, técnico y quizás, en el futuro, dirigente. MR: El hockey me dio todo. La formación de una persona mucho tiene que ver con el deporte. No sé qué sería sin el hockey. Gran parte de esto se lo debemos al apoyo de nuestras familias, este triunfo también es de ellos. RT: Hoy, a los 55 años, sigo entrenando con los chicos de San Lorenzo. Al hockey lo llevo en el alma, me encanta. En nuestro caso fue más allá del deporte, quedó una amistad. La riqueza más grande que tengo son los amigos. QUIÉN ES... JULIO BRIONES �� Nació en Mendoza el 26 de julio de 1957. Tiene 51 años. Está casado y tiene tres hijos. Jugó los mundiales de 1978 y 1980. En Mendoza jugó siempre en Andes Talleres y, tras quince años atajando en primera, se retiró y actualmente se desempeña como director técnico. Es profesor de Educación Física. QUIÉN ES... MARIO RUBIO �� Nació en Mendoza el 17 de diciembre de 1957. Tiene 50 años. Está casado y tiene tres hijos. Jugó los mundiales de 1978, 1982, 1984, 1986 y 1988. En Mendoza jugó siempre en San Martín. En España se desempeñó en Liceo y en Italia en Lodi. Como técnico, dirigió a San Martín. Es contador. QUIÉN ES... RICARDO TRIVISONNO �� Nació en Buenos Aires el 6 de octubre de 1953. Tiene 55 años. Está casado y tiene tres hijos. Jugó los mundiales de 1978 y 1982. En Buenos Aires jugó siempre en San Lorenzo de Almagro. En Italia se desempeñó en Castiglione. Actualmente es dirigente de San Lorenzo. Es empresario. Nota: Gentileza del colega MAURICIO ÁNGEL ANA del Diario El Sol de Mendoza

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