El siniestro plan de Boca para no perder más
Los niños de La Ribera se las ingeniaron para dejar de zucumbir ante el Ciclón tras fracasar a través de los años. El pacto secreto de Juniors para no cruzarse con su cuco futbolístico, San Lorenzo.
Café del barrio porteño de La Paternal, 30 de diciembre de 2015, el representante del Club Atlético Boca Juniors ante AFA, Juan Carlos Crespi, entra saludando al aire y se acomoda en una mesa cercana a la barra que ya ocupaba su amigo Roberto Leto. Se saludan efusivamente y le comenta con una sonrisa de oreja a oreja “ya está todo cocinado, no perdemos más con San Lorenzo”. La declaración sorprende a Leto, quien ante todo lo felicita, a la vez que le pide más detalles.
Crespi levanta la mano haciendo el típico gesto del café y comienza el relato: “La idea es que nunca volvamos a jugar contra San Lorenzo, de este modo, las posibilidades de perder se reducen a 0. Con Luis (Segura) nos llevó un tiempo pensar la forma de implementarlo, pero mientras pegábamos boletas hace un mes se nos ocurrió: hacemos dos zonas, en una San Lorenzo y en otra Boca y listo.”
Leto, mientras se mordía el bigote de la emoción, le pregunta cuándo y cómo había surgido la idea original, más allá de la implementación. Crespi, se desparrama en la silla en un gesto de relajación y continúa: “Bueno Letito, como vos sabes es un proyecto de muchos años, incluso anterior a mi gestión. Lo que ocurre es que para principios de los 80 los tipos no tenían ni cancha y se fueron al descenso por eso la dirigencia se despreocupó, pero enseguida volvieron y nos seguían ganando. Entonces se intentó la estrategia de comprarle todos los goleadores (como por ejemplo Perazzo, Rinaldi y Acosta) que tuvieran, con la idea de que si no nos hacen goles no nos pueden ganar; pero se las seguían arreglando para amargarnos. Para cuando yo llegué al club, la plata… digo la cabeza, perdón, estaba puesta en la Libertadores y otra vez nos dejamos estar. Como la gente nos reclamaba volvimos a arremeter en 2003, con una múltiple convocación de juveniles –se emociona un poco, con el recuerdo de su amigo Daniel Giménez pero continua- fueron años muy lindos Rober, con Rafa logramos muchas cosas en ese tiempo: el 7 a 1; el triangular… pero no alcanzaba… nos seguían ganando.
A principio de año ya estábamos desesperados; nos llevaban 10 partidos; habían ganado la copa; sacaron una ley para volver a Boedo… me llamó Angelici y me dijo: "Juanca, hacé algo, hay que frenarlos a estos cuervos. Ahí fue que lo llame a mi amigo Alejandro, ese que es revisionista histórico certificado por la UNESCO, viste y le dije Ale, busca en los libros, contá los córner, inventa torneos, ¡lo que sea, pero arreglame esto! Lamentablemente no alcanzó, ojo, nos dejó a 3 partidos; desde el año de Ñaupa que no estábamos tan cerca y estábamos conformes pero resulta que estos tipos agarran y nos ganan sobre la hora con el único tiro al arco que tuvieron en 90 minutos. Ese fue el acabose, no lo pude soportar más -se interrumpe para darle una foto autografiada de Tévez a un pibe que pasa pidiendo guita con muletas y una camiseta 22 de Argentinos- y me puse como objetivo terminar el suplicio.
Así que a fines de Septiembre me junté a tomar una café con Guille Barros Schelotto y el tema surgió porque parece que a él también lo tienen de hijo desde la cuna y entre pocillos dijo una frase que me quedó: “cuando jugaba en la MLS no perdía con San Lorenzo”; y pensé esta es la solución: Si no jugamos no perdemos.
Se miraron y comenzaron a reír, felices del logro obtenido. El mozo que desde la barra había seguido con atención la conversación, mientras jugaba con su llavero en forma de globo aerostático con el año 1973 grabado en letras rojas, se acercó con la cuenta y pidiendo disculpas les dijo: ¿y si se cruzan en la final?... Ambos levantaron ojos y reconocieron en el mozo a un hermano de la vida. Los tres compartieron una única mirada de resignación; Crespi pagó, como siempre, y se retiró meditabundo.
Guido H. Zuccolo
Socio de San Lorenzo de Almagro