El primer partido de San Lorenzo y Godoy Cruz en el Nuevo Gasometro
El 15 de octubre de 2006 San Lorenzo se enfrentó a Godoy Cruz por primera vez en el Pedro Bidegain y le ganó por 3 a 0 de forma contundente, con un golazo de Ezequiel Lavezzi que festejó eyectándose contra los carteles. Una locura alegre del Pocho en ese olvidable campeonato dirigidos técnicamente por Oscar Ruggeri.
Pocas cosas positivas hubo para rescatar en el Torneo Apertura 2006 de San Lorenzo. Bajo la conducción de Ruggeri en su segundo y funesto ciclo en el club, el Ciclón era un caos permanente y las derrotas (incluyendo terribles goleadas contra Boca y River) era moneda corriente a pesar del potencial del plantel. Solo la conformación del nuevo ataque Lavezzi-Silvera y un puñado de triunfos merecen destacarse. Entre ellos aquella victoria ante Godoy Cruz.
Por la fecha 11 San Lorenzo se presentó ante los mendocinos con Saja; Tula, Méndez, Quatrochi y Jonathan Botinelli; Hernán Adrián González, Acevedo, Rivero, Darío Botinelli; Lavezzi y Silvera. La primera alegría vino rápido a los 10m luego de un desborde por derecha del Pocho, que capitalizó dentro del área desde el piso el “Cuqui” Silvera para el primer grito. La víctima en el arco mendocino era nada menos que Sebastián Torrico.
A los 13m del complemento vino la joya de la tarde de Lavezzi. Pase largo elevado de la derecha de Rivero, el “pocho” la bajó de pecho y Silvera se la devolvió para dejarlo solo a la carrera, rematando violentamente al ángulo superior derecho de Torrico. Lavezzi festejó su gol tirándose de “paloma” contra los carteles. Una locura de gol.
Hubo tiempo para nuevo tanto, esta vez de Cristian Tula a los 33m con violento tiro cruzado. Pero esa tarde quiso ser protagonista excluyente del juego el soberbio y mediocre juez Daniel Giménez, que expulsó a dos jugadores por equipo incluso al propio Tula luego de señalar el tercero.
Para fortuna azulgrana Ruggeri se fue un tiempo después, “expulsado” por la hinchada luego del vergonzoso partido ante Quilmes de la fecha final. La llegada posterior del riojano Ramón Díaz armonizó el plantel y con solo tres refuerzos, coronó un festejado título en el Clausura 2007. Algo impensado pocos meses antes en ese caos en el que solo gozábamos los goles de Lavezzi y Silvera.
POR LEANDRO D'AMBROSIO
- más leídas del día