Un dia como hoy: A 30 años del debut mágico del brasileño Paulo Silas

El 12 de abril de 1994 San Lorenzo recibió a Boca en el Pedro Bidegain en un partido jugado entre semana por la tercera fecha del Torneo Clausura. El Ciclón ganó 1 a 0 con un golazo del debutante brasileño Paulo Silas, excepcional jugador del que poco se conocía al momento de su arribo y que en solo tres años se convertiría en uno de los mejores extranjeros en haber vestido nuestra gloriosa casaca azulgrana. Un jugador de leyenda

La mayor parte de los cuervos que presenciaron el partido entre San Lorenzo y Boca jugado el martes 12 de abril de 1994, desconocían quien era el jugador brasileño que había contratado el Ciclón pocos días antes y que había jugado nada menos que los dos últimos mundiales con su país. En tiempos pre-internet las informaciones eran reducidas y para colmo se había divulgado por error en la prensa de entonces que el Ciclón había fichado a Antonio Silas (hermano gemelo de Paulo), del que se decía que era “el más famoso” de los hermanos.

Lo cierto es que con confusión de prensa mediante y por la reducida cifra de $80mil dólares, San Lorenzo contrató a un jugador excepcional, que a pesar de los problemas físicos iniciales, nos daría grandes satisfacciones en poco tiempo con su virtuosidad, veloz gambeta y exquisita pegada.

San Lorenzo esa tarde especial jugó con Passet; Zandoná, Lorenzo, Ruggeri, Escudero; Monserrat, Carrizo, Netto, Paulo Silas; Biaggio (luego Cardinal) y Artime (luego Maydana). El partido se jugó en un campo de juego en pésimas condiciones, la pelota picaba para cualquier lado y los equipos practicaban un juego ordinario casi hasta los 70m del partido. De aquel espanto de partido nos rescató Paulo Silas, que dominó un pase cruzado de Biaggio y dentro del área eludió a Moya, para ponerla con suavidad junto a un palo de Pogany. Un golazo para liquidar el encuentro y estirar la paternidad ante los boquenses.

Poco después se lesionó, pero cuando regresó dos meses después para jugar contra River en el estadio Monumental, convirtió un tanto notable luego de eludir a varios jugadores. Se transformó pronto en el estratega del fútbol azulgrana y bajo tal condición, San Lorenzo ganó el título del Clausura 95, luego de 21 años sin conquistas. Una de sus grandes virtudes era el juego de balón parado, convirtiendo no solo varios goles de tiro libre sino incluso dos tantos olímpicos (ante Talleres de Córdoba y Boca Jrs). Su carrera en club culminó en 1997, con 25 goles y numerosas asistencias. Un jugador de otro planeta, dueño de una magia difícil de hallar en este presnete de nuestro pobre fútbol.

POR LEANDRO D'AMBROSIO

Mundo Azulgrana

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