El "ruso" y el yugoslavo que dejaron muda a la bombonera
El 12 de octubre de 1987 San Lorenzo le ganó a Boca en su estadio por 1 a 0 con un excelente cabezazo del “ruso” Darío Siviski, en un Ciclón dirigido por un entrenador europeo que se fugó invicto luego de dirigir un puñado de partidos: Bora Milutinovic.
En 1987, San Lorenzo contrató al entrenador yugoslavo (hoy serbio) Velibor “Bora” Milutinovic, de larga trayectoria en el fútbol mexicano y que venía de cumplir un gran papel con la Selección azteca en el Mundial del 86, que fue eliminada en cuartos de final.
Bora supo armonizar en el poco tiempo que estuvo a un equipo que tenía jugadores con excelentes virtudes (Ortega Sánchez, Siviski, Perazzo) con otros con mucha coraje y personalidad (Chilavert, Giunta, Malvarez). El yugoslavo cumplió su trabajo en las primeras ocho fechas del campeonato, con un saldo favorable de cuatro victorias y cuatro empates.
Su último partido fue el 12 de octubre del 87, cuando San Lorenzo venció a Boca Jrs en su estadio por 1 a 0. San Lorenzo esa tarde formó con Chilavert; Riquelme, Larraquy, Zacarías, Moner; Siviski, Giunta, Ortega Sánchez; Barrera, Perazzo y Nannini. Los locales eran dirigidos nada menos que por el “Toto” Juan Carlos Lorenzo, bicampeón como dt azulgrana en 1972.
En un partido mediocre y haciendo honor a la tradición, los cuervos lo ganaron con un gol a los 18m del complemento del “ruso” Darío Siviski, que conectó de buena forma de cabeza un tiro libre ejecutado con maestría desde la izquierda por el talentoso Rubén Romano, que había reemplazado a Ortega Sánchez.
Bora Milutinovic, con su habitual sonrisa y un saco oscuro (con las iniciales bordadas de San Lorenzo), aparece mezclado entre los jugadores que celebran el triunfo en una portada histórica de la reconocida revista El Gráfico, al título San Lorenzo copó la bombonera. Pero fue ésta la última aparición pública de Milutinovic, porque a los pocos días y sin avisar partió hacia Italia, al recibir una oferta del Udinese.
Solo fueron dos meses de trabajo. Su lugar lo tomó luego el ídolo del club, Héctor Veira y San Lorenzo finalizó subcampeón detrás de Newells, con el halago de ganar la liguilla que lo clasificó posteriormente a la Copa Libertadores de 1988. Milutinovic dejó su pequeña semilla en Boedo ganando el partido que todo el pueblo santo espera.
POR LEANDRO D'AMBROSIO
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