De los errores también se aprende

La fiesta que se desarrolló el sábado en las playas marplatenses sólo el hincha de San Lorenzo puede lograrlo. Cantar y saltar entre medio de las olas con los colores azulgranas al viento fue impresionante. 

Lo mismo el permanente aliento en medio del partido haciendose sentir en el estadio pero no fue menos cierto el grado de preocupación que quedó en la parcialidad azulgrana presente y los 4 millones de hinchas que lo siguieron por TV.

Ahora bien. La pregunta del millón es si hay motivos para estar intranquilos y la respuesta podría ser NI. Por un lado esto recién comienza, Pablo Guede está conociendo al plantel y los jugadores a él. Cuando el entrenador dice "no es fácil tomar una convicción como esta", busca señalar que los jugadores están aprendiendo un nuevo libreto, el del "dejar hacer" del Patón Bauza por el "hacer" de Guede. El famoso "equilibrio" de Bauza, por el "ser protagonistas siempre y en cualquier cancha" de Guede.

El tema es la famosa "manta corta" que es muy difícil de alcanzar, es decir, si voy con todo arriba, me quedo peligrosamente sin cobertura en la zona defensiva. Como se logra para que no suceda esto: el famoso equilibrio, que sin perder protagonismo no sea una invitación a que te lleguen varias veces y te conviertan.

El verano va mostrando una cierta recuperación en Pablo Barrientos y Franco Mussis, dos jugadores suplentes en el período Bauza. Falta que de una vez que Sebastián Blanco deje las insinuaciones y comience a concretar, Tito Villalba vuelva a ser aquel avión imparable por la derecha, Nicolás Blandi se convierta en una verdadera alternativa de fuego adelante y que el colombiano Franco nos de un poco de la seguridad perdida tras la salida de Mario Yepes.

No hay que dramatizar, se atacó más, se erró mucho y se falló atrás. Tranquilidad, porque de los errores, también se aprende.