El Gasómetro que no fue
En un nuevo aniversario del cierre de la querida cancha de Avenida La Plata y ante la presentación del anteproyecto del futuro estadio, es bueno recordar otro ambicioso y frustrado emprendimiento que por los años 50 fue presentado por la gestión Traverso.
En las elecciones de febrero de 1951, se consagró como presidente de San Lorenzo, Luis Traverso, hombre de vasta labor en la célebre Fracción Tradicional, agrupación que había apoyado al Diputado peronista Bernardino Garagusso (con su proyecto del Gasómetro de cemento y hormigón) como candidato presidencial en la discutidas y peleadas elecciones de 1949, en las que finalmente primó las raíces “radicales” del club en el triunfo final del Dr. Emilio Bernat.
Traverso seguía con aquella vieja idea y a poco de comenzar su gestión constituyó una comisión especial (que integraban el vice Bove, el secretario Dr. Ajolfi, el ingeniero Castagnino, el arquitecto Orfila y hasta el reverendo Raúl Entraigas) que estudió por dos años las posibilidades del futuro estadio, elevando incluso una nota al Ministro de Hacienda Cereijo en 1952, para la solicitud de un elevado empréstito que nunca llegó para tal fin.
San Lorenzo siguió sin embargo con su ambicioso proyecto, que comenzó a tomar publicidad notoria a fines de 1953, con el patrocinio de la empresa constructora G.E.O.P.E, que establecía una capacidad de 100 mil populares, 25 mil plateas ( o llegar hasta 150 mil según la necesidad se decía) y otra obras en la sede social y micro-estadio. “Las instalaciones del club tienen un atraso de 25 años. El estadio olímpico remediará ese mal” afirmaba Traverso que con su promesa llegó a la reelección como presidente en febrero del 54.
La obra final fue calculada en 60 millones de pesos, de los cuales se estimaba que 32 millones se obtendrían en ventas futuras de plateas y el resto con un eventual crédito estatal del gobierno de Juan Perón, al que los directivos homenajeaban con frecuencia para congraciarse y remediar los males pasados. El golpe militar de septiembre del 55, que derrocó a Perón fue el punto final de un proyecto que ya algunos meses antes se venía diluyendo por su falta de previsión real y la delicada situación económico-financiera del club. El fastuoso “estadio olímpico” se evaporó en silencio…