Ellos sí festejaron

Los Gladiadores de Trama siguen ganando. En un compromiso que se tornó difícil, fueron más que Juvencia en el San Martín. Ganaron 4 a 2 y son punteros con 9 unidades. La actitud, fue clave.

Costó, pero San Lorenzo le ganó a Juvencia y sigue arriba, en lo alto  de la tabla (Foto: MA)

Costó, pero San Lorenzo le ganó a Juvencia y sigue arriba, en lo alto de la tabla (Foto: MA)

En medio de la enorme tristeza que significó perder con Boca en La Bombonera, Los Gladiadores intentaron darle un poco de alegría al pueblo del Ciclón al ganarle como locales por la tercera fecha del Apertura, de forma justa aunque sin brillo, 4 a 2 a un duro Juvencia, que jugó el partido como una final pero que no le alcanzó.

¿Por qué? Porque San Lorenzo tiene individualidades que están pasando por un gran momento (Leo Gimenez, Damian Stazzone, Mono Gramuglia, Lucas Minutella, Pollo Guariniello) y un grupo de jugadores que cada vez que entran cumplen a la perfección su rol. Así, a los rivales se les hace muy difícil sacarle unidades a este conjunto que, si no puede jugar lindo, presenta batalla en cada sector del rectángulo de juego.


Ayer a la noche era justamente un encuentro en el que los dirigidos por Oscar Trama no podían ser vistosos. El esfuerzo del gran partido contra River el pasado jueves se sintió y Juvencia propuso un duelo realmente picante en todo sentido.

Tras el 1 a 0 inicial por medio del pollo Guariniello parecía que las cosas iban a estar tranquilas. Empero, llegó la igualdad, en una contra, del vestido de verde. La mejor virtud de Los Gladiadores en ese momento fue no desesperarse.
 
Aparte, contaron con la contribución de la sangre joven: Sebastián Ferreyra entró con muchísimas ganas y, después de desperdiciar una chance, se tomó revancha y colocó el 2 a 1.Nahuel Tamborelli, otro de los pibes, no se quedó atrás: robó pelotas y aportó en ataque. Y Mariano Quintairos estuvo en su salsa: le quedó un mano a mano con el arquero y, fiel a su costumbre, la mandó ahí abajo, a ese lugar al que ningún arquero llega. Una definición exquisita del pivote para poner el 3 a 1 con el que el cuervo se fue al descanso

En los segundos veinte minutos hubo que sufrir. El Cuervo no contó con la precisión suficiente para hacer más goles y apeló a cerrase bien abajo para mantener lo cosechado. El visitante, por supuesto, aprovechó para dominar el pleito. Intentó encontrar el espacio hasta que, luego de una distracción, descontó cuando quedaba poco para el final.

El San Martín era una caldera en ese momento, con jugadores del verde exaltados y árbitros permisivos en bastantes jugadas. La incertidumbre dominaba la escena hasta que aparecieron dos hombres con la capacidad suficiente para decidir el transcurso de la jornada. Uno fue el mono Gramuglia, que tapó dos bolas claves.

Y otro fue el Pollo Guariniello, que convirtió el 4 a 2 cuando su escuadra más lo necesitaba. De esta manera, selló el marcador y desató la locura en el vestuario de Boedo, que vibró más que nunca con los hits imprescindibles de La Gloriosa. Eso sí, a tener en cuenta algo importantísimo: este plantel y cuerpo técnico con esto no se conforman. Ahora, quieren más.

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