Jueguen como él

Hoy se cumplen 92 años del fallecimiento de Jacobo Urso, jugador de San Lorenzo que dejó la vida por los colores del club. Con una costilla rota y un riñón perforado, siguió en cancha y murió días después. En la final de esta noche ¡honor a este prócer!

Alentar hasta la muerte. Seguir desde el cielo. Promesas que los hinchas de San Lorenzo le hacen a los colores más lindos para ellos: el azul y el rojo. Similar juramento hizo Jacobo Urso en su interior, cuando en 1922 fue herido de gravedad durante un partido contra Estudiantes de Buenos Aires y sin poner en consideración los riesgos de la lesión sufrida continuó en juego y perdió la vida siete días después. Costilla rota y riñón perforado.

Dejar la vida en la cancha. La exagerada y desmedida frase con la que la tribuna le implora entrega a cada equipo que ve en el campo de juego. Esa que Jacobo Urso un día osó cumplir. Jugó hasta la muerte. Fue un 6 de agosto, como hoy, el día en el que uno de los próceres de la historia azulgrana le ofrendó alma y corazón –en el sentido más literal- a la camiseta del club. Hasta el 6 de agosto se extendió la agonía por el golpe que recibió el 30 del mes anterior.

“No lo lamento por mí, sino por mí club que necesita de mis esfuerzos para escalar los puestos, para colocar a San Lorenzo a la cabeza del campeonato. Con las tribunas que hemos construido, San Lorenzo es el mejor club de Buenos Aires”, fueron las palabras del gran Urso a un cronista de El Telegrafo, que lo acompañó en su lecho de muerte, en el hospital Ramos Mejía.

En la década del ’20, el fútbol era amateur y el viejo Ciclón de Avenida La Plata, de Boedo y del Viejo Gasómetro, todavía no había conseguido su primer título. Que casi como un homenaje a Jacobo Urso, llegaría un año después de su pérdida, en 1923. En la actualidad, la historia cruzó su camino con el presente. Hizo que San Lorenzo conmemore el 92° aniversario del fallecimiento de uno de sus jugadores emblema, en el día en el que disputará su primera final de Copa Libertadores. La que tanto tiempo esperó.

No en vano quedó inmortalizado el ejemplo del prócer Jacobo Urso. No en vano se dan este abrazo el pasado y el presente. En vano no; como una misión para los once jugadores que salgan esta noche a la cancha. Hoy 6 de agosto. Hoy jueguen por él. Jueguen como él. Dejen alma, vida, corazón y, si es necesario, algo más también. Todo. Todo por el recuerdo de un grande y todo por esa Copa. Para que él, a 92 años de su muerte, sepa desde el cielo que su legado está cumplido y también pueda festejar.

Gastón Rososzka

@GastonRososzka

Estudiante de DeporTEA

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