Y un día, San Lorenzo perdió

Fue ante Ferro en condición de visitante y por 2 a 1, en un partido en el que el Ciclón mereció una mejor suerte ya que realizó una buena actuación. En la próxima, con Glorias.

Disputando el partido en Estrella de Boedo

Disputando el partido en Estrella de Boedo

El invicto de 12 partidos que llevaban Los Gladiadores de Trama se ha terminado porque Ferro, que hizo de local en el club Estrella de Boedo, se lo quitó al ganarles 2 a 1. Los fríos números no llegan a decir lo que pasó en la particular noche del sábado.

 

Una noche que empezó con el Ciclón mostrando sus cartas de siempre desde el vamos: con mono Gramuglia debajo de los tres palos, el Muro Stazzone de último, con leo Gimenez y Chicho Mouras por las bandas más Pollo Guariniello como punto de referencia, salió a atacar y a convertirse en el dueño del show.

 

Lo consiguió y le avisó al de Caballito que la cosa iba en serio con un remate de Chicho Mouras que pegó en el palo. Después, Pablo Felder, de buena actuación, también hizo lo mismo. Ferro, ante esto, solo atinó a ver que pasaba y se animó muy poco a incursionar en campo contrario. Las veces que lo hizo, se encontró con un Gramuglia seguro y vital.

 

Y así pasaron los primeros veinte minutos, con un cuervo que fue al frente y que contó con chances claras y un local carente de expresividad. El 0 a 0 entonces fue lo que marcó el tablero. ¿Era justo? Por supuesto que no.

 

Para el complemento, Trama confió en los mismos hombres que al principio de esta historia. La elección fue positiva: el cuarteto rápidamente arrinconó al de verde en su área y empezó a dar señales de que el primer tanto podía establecerse, con un remate de Gimenez desviado y un tiro de Felder que fue tapado de forma excepcional por Daldeo (con un buen desempeño).

 

Cuando todo era de Boedo, una corrida del ala de Caballito Lombardi terminó en el 1 a 0, que no duró mucho porque Damian Stazzone (la figura de la cancha) empató minutos más tarde de tiro libre.

 

Tras esa acción, el equipo de Trama siguió metido en el cotejo y, a pocos instantes del final, tuvo una oportunidad concreta en los pies de Pollo Guariniello que no pudo concretar. Y, como sucedió ante Boca, sufrió en el desenlace un gol producto de una buena jugada del verdolaga.

 

Rápido de reflejos, San Lorenzo fue en busca de la igualdad por intermedio de remates de Stazzone y Gimenez pero la bola no quiso meterse en la red. Inmerecidamente, el santo, que buscó en todo el pleito, se fue con la cabeza gacha, derrotado por 2 a 1. El vestuario post derrota que se vivió reflejó no solo la amargura del plantel por el resultado sino el amor propio que siente por la camiseta. 

 

No faltaron los insultos y algunas lágrimas. Esta situación da para pensar: mientras los dirigentes del club deciden premiar con contratos elevadísimos a jugadores profesionales que no le dan importancia a un mal partido, o a un pésimo torneo, olvidan al mismo tiempo a este grupo de hombres que trabajan, estudian, tienen una familia y que, cuando salen a la cancha, representan a la institución de la mejor forma. Ojalá en algún momento se acuerden de ellos. A este plantel vale la pena darle una prima.

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