¿Por qué San Lorenzo no tiene un Lautaro Martínez?

Problemas económicos, malos mercados de pases, promedio de edad alto en el plantel y poca continuidad a los futbolistas juveniles son algunas de las respuestas a la pregunta que todos los hinchas de San Lorenzo se hacen.

Nicolás Reniero abrazado al

Nicolás Reniero abrazado al

Hace tiempo que la voz popular pide por Lautaro Martínez en la Selección Argentina y, por sus espectaculares actuaciones, lo más probable es que el joven delantero de Racing sea convocado por Jorge Sampaoli para integrar la lista de futbolistas que viajen a Rusia. Esta mañana, luego del hat-trick que el veinteañero nacido en Bahía Blanca convirtió anoche en el partido por Copa Libertadores, en el que la Academia le ganó 4-2 a Cruzeiro, se conoció la noticia de que el Inter de Italia estaría más que interesado en sumarlo a sus filas. La cifra que resonó tiene una abultada cantidad de ceros. Suma que nunca se ha visto en la historia del fútbol argentino. Según medios nacionales e internacionales, la transferencia rondaría los €40.000.000. CUA-REN-TA millones de euros. Mientras tanto, en San Lorenzo se duda si poner a los juveniles o ir a lo "seguro" (cuando nada en el fútbol lo es) y optar por un jugador en las últimas etapas de su carrera, pero ojo, tiene experiencia.

El promedio de edad del plantel profesional de San Lorenzo es de 27,4 años. Lo integran futbolistas jóvenes salidos de la Reserva, caso Nicolás Reniero (22), Nahuel Barrios (19), Tomás Conechny (19), Jonás Acevedo (21), Franco Moyano (20), Elías Pereyra (19), Gabriel Rojas (20), Marcos Senesi (20) y José Devecchi (22), incluso muchos de ellos a veces juegan en esa División. Solo ocho jugadores de la cantera azulgrana se pueden nombrar en el plantel dirigido por Claudio Biaggio, mientras que, en total, son 31 los que completan la lista.

Además, varios están por llegar a los 40, como Sebastián Torrico (38) y Juan Mercier (38), y otros que aún les falta, pero no tanto: Fabricio Coloccini (36) y Leandro Romagnoli (36), a punto de cumplir 37. De ellos, Coloccini es el único titular en estos momentos, ya que demostró un gran nivel cuando le tocó actuar. Pero el resto, aunque no juegue, sí va al banco, ocupando un lugar que podría ser para un juvenil. Y tapan a los que pueden ser los futuros cracks azulgrana.

Falta una bajada de línea que ponga como prioridad a los juveniles. En el caso de Ezequiel Cerutti, que se marchó, y Nicolás Bland, que se quedó sin acompañante en el ataque, un perfecto reemplazante podría ser Reniero, a quién se le ha permitido sumar minutos a cuentagotas. El “Príncipe” Reniero es un delantero alto, fuerte, que se planta muy bien de cara al arco y tiene una experiencia bárbara de su paso por la B Nacional, cuando vistió la camiseta de Almagro. Entonces, ¿por qué se reniega tanto de él?

Aunque sumar victorias y ganar campeonatos es importantísimo para el crecimiento de un club, el mayor patrimonio que una institución puede tener son sus futbolistas salidos de las inferiores. Son lo que realmente marcan una diferencia económica en el balance. El fútbol argentino no se mueve por marketing. Ni siquiera por la cantidad de socios. Lo que pesa en la balanza son las ventas de futbolistas. A eso debería apuntar San Lorenzo, donde abundan los problemas económicos y sus mercados de pases son paupérrimos, a punto tal que en el último solo se trajo un jugador en condición de libre. Es decir, gasto cero.

Pero, conociendo las dificultades monetarias del club, se tendrían que regular con más ímpetu los contratos. No es serio que una institución tan grande como San Lorenzo de Almagro esté atrasada en los balances (el último aprobado es el del 2015/16). Se ha dado el visto bueno a contratos de jugadores que llegaron, jugaron y ya se habían ido del equipo antes que la asamblea votara. Es una locura. Los dirigentes de San Lorenzo deberían acomodar sus ideas. Replantear sus objetivos y prioridades. Poner el barco nuevamente en el rumbo adecuado para salir adelante.

El Ciclón atravesó una racha magnífica en el comienzo del mandato Matías Lammens-Marcelo Tinelli. Se coronó campeón del Torneo Inicial 2013, fue subcampeón de la Copa Argentina 2013 y por primera vez en su historia levantó la Copa Libertadores en 2014, lo que le permitió disputar el Mundial de Clubes y quedar segundo, detrás de, nada más y nada menos, el Real Madrid, que era uno de los mejores equipos de los últimos tiempos. Pero la racha se terminó ahí. Siendo buenos, se puede decir que también ganó la Supercopa 2016. Pero hay que ser honestos, fue un solo partido y ante Boca, el bisnieto de San Lorenzo.

Después de eso, nada más. Antes de disputar la final de la Copa Libertadores comenzaron los problemas y la debacle azulgrana. Se vendieron jugadores que daban para seguir rompiéndola y venderlos por el doble, como Ángel Correa. Y también hubo jugadores que parecían que significarían una venta millonaria y terminaron regalándose, como Walter Kannemann, Gonzalo Verón, Héctor Villalba, Julio Buffarini, Emmanuel Más y Martín Cauteruccio. Después pasó lo mismo con Sebastián Blanco y, ahora con Ezequiel Cerutti. San Lorenzo no sabe o no puede vender bien. Mientras Independiente, Racing, Boca, River, Lanús, etc., se la pasan haciendo ventas multimillonarias, San Lorenzo sigue mendigando por unos miles de dólares más.

El mercado de pases último, si no fue el peor de estos años, pega en el palo. Compite con el anterior, cuando el Ciclón compró a Alexis Castro, Víctor Salazar y Gabriel Gudiño en casi 7 millones de dólares en total. Sólo Gudiño juega con regularidad, y da bastante lástima verlo en el campo. Igual, con un manager que renunció en diciembre y no fue reemplazado y con un vicepresidente 1ro con una nueva licencia y desligado de las decisiones importantes del fútbol desde hace tiempo, mucho no se puede hacer.

Pedro Carbone

@carbone_pedro

Periodista y redactor de Mundo Azulgrana // Hijo de Dios ☝️☝ La gloria para Él

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