Alegría copera en Brasil

Cuando se sorteó la Copa Sudamericana, los hinchas de San Lorenzo miraron con un dejo de fastidio al azar, que nuevamente los hacía cruzar con un equipo brasileño. Llegada la fecha del mano a mano con Atlético Mineiro, los mismos que se lamentaban por enfrentar al equipo de Mina Gerais descubrieron que no eran tan "cucos". La ida con el gol de Gabriel Gudiño dejó las cosas encaminadas, y en la noche del martes, el Ciclón lo cerró de visitante.

En lo que respecta al juego hay poco para destacarle a San Lorenzo, que no propuso nada de nada y no le conoció la cara al arquero Víctor. No obstante, hay que aclarar que tampoco sufrió grandes embestidas del Galo, que con sus suplentes nunca terminó de hacer pesar la localía. Se lucieron, cuándo no, Fabricio Coloccini y Robert Piris Da Motta, una constante en esto de respetar el orden defensivo.

Los cambios del segundo tiempo terminaron de plasmar la idea que venía desde afuera: Cuidar, a como diera lugar, el cero en el arco de Nicolás Navarro. Algunos centros pudieron complicar, pero en líneas generales, San Lorenzo se hizo, gracias al 0 a 0 final, con una clasificación sin grandes sobresaltos. Nuevamente no lució, con nombres que no justifican su aparición en cancha. Lo cierto es que en una semana se cumplieron los dos objetivos del semestre y todo el club toma aire.

Habrá que barajar y dar de nuevo; idear la conformación del plantel con las renovaciones de contrato, decidir si seguirá Biaggio (se retiró entre lágrimas) o se buscará nuevo entrenador, y dar en la tecla con los refuerzos, porque ya se dejó un equipo bravo en el camino, y la Sudamericana comienza a abrirse.