Cambio de arquero

Un grupo de pibes se juntan en la plaza del barrio con la pelota debajo del brazo, se empiezan a sumar más, la bocha empieza a rodar, patean para allá, para acá, y uno grita "¡cambio de arquero!" —tan fuerte como para que todos escuchen y después no digan que fue mano cuando la agarra—.

Es una analogía, pero refleja una realidad que están viviendo los tres palos de San Lorenzo. A Nicolás Navarro, arquero titular, se le vence el contrato con el club en junio, pero las negociaciones, al parecer, no llegarían a buen puerto. El guardavalla de 33 años aspira a mejorar las condiciones económicas de su contrato, supuestamente quiere cobrar parecido a lo que cobra Franco Armani en River, y estar vinculado a la institución por tres años más. Dos términos que la dirigencia azulgrana no estaría dispuesta a aceptar.

Sería un buen momento, entonces, para que José Devecchi grite bien fuerte "¡cambio de arquero!", como el pibe en la plaza. Si hay algo que es innegable, tanto de la dirigencia como de Claudio Biaggio, es que se apuesta por los pibes. Sin ir más lejos, ante River jugaron siete juveniles salidos de la cantera azulgrana: Marcos Senesi, Gabriel Rojas, Franco Moyano, Nahuel Barrios, Tomás Conechny, Nicolás Reniero y Devecchi, quien, al margen de recibir dos goles, tuvo una aceptable actuación considerando que no jugaba en Primera desde agosto de 2015, poco menos de tres años.

El joven arquero muestra cualidades. No tiene miedo a la hora de salir a achicar el arco o abrirse paso para cortar centros, algo que San Lorenzo no pudo encontrar en Navarro ni en Sebastián Torrico. Quizás sea momento de darle el apoyo necesario al pibe de la casa y que, con 22 años, empiece a forjarse un nombre debajo del arco del Ciclón. Es tiempo de continuar dándole prioridad a los jóvenes salidos de la Reserva azulgrana, antes que comprar y perder dinero. La mejor manera de cuidar las arcas del club.