En las primera siete fechas, los delanteros de San Lorenzo no lograron convertir

Para Pedro Troglio el gris empate sin goles ante Huracán de local le dejó buenas sensaciones más allá del resultado. Y puede que a muchos cuervos les haya pasado lo mismo, aunque eso está muy lejos de conformar a todos. San Lorenzo no juega bien, no demuestra seguridad y lo poco que genera no lo traduce en gol. Y esa bajísima eficacia es uno de los lazos que lo tiene maniatado y le impide fluir. En siete fechas solo anotó cinco goles y ninguno fue de sus delanteros de área.

El Ciclón de Troglio está entre los elencos menos goleadores de la Copa de la Liga Profesional entre ambas zonas. Por debajo tiene solo a Patronato (4), Atlético Tucumán (3), Vélez (3) y Talleres (1). De los cinco tantos que tiene hechos, el cuadro de Boedo metió tres ante Defensa y Justicia, uno con con Argentinos y uno con Talleres, el único triunfo que cosechó por el momento en 2022.

Demasiado poco poderío ofensivo para un equipo que, tal como dijo su entrenador antes del debut, aspiraba a meterse entre los cuatro primeros de su zona para clasificar. La generación de juego y por consecuencia de situaciones de gol son la principal causa. Pero, encima, las pocas que crea no las mete.

Los delanteros están secos. La partida de Franco Di Santo, uno de los resistidos por la gente, dejó al plantel sin un nueve definido. En el mercado de pases se intentó repatriar a Adolfo Gaich, pero no hubo caso. La llegada de Adam Bareiro fue celebrada por los fanáticos, pero el paraguayo que poco había demostrado en su anterior ciclo, poco está demostrando ahora. Comenzó como titular, pero de inmediato perdió ese lugar en la formación.

El entrenador probó en algún pasaje con Ezequiel Cerutti como centrodelantero, pero duró un suspiro esa posibilidad. Y allí quedó Nicolás Fernández, que lamentablemente sigue en la misma sintonía que en 2021: torcido para el arco rival. Tanto es así que quiso hacerse cargo del penal ante River para utilizarlo como una inyección de confianza, pero el tiro le salió por la culata y lo hundió más anímicamente. Uvita hace un gran sacrificio en la presión y persecución de los defensores adversarios, pero no cumple con su tarea de hacer goles.

Y llegamos a Nicolás Blandi, el histórico que volvió sobre el mercado de pases. Y aquí hay un grosero error dirigencial: teniendo un acuerdo de palabra desde hace varias semanas con el delantero campeón de la Libetadores, se esperó para sumarlo a último momento. Se sabía que Blandi venía de unas últimas dos temporadas con poquísimo rodaje y necesitaba una pretemporada completa. Inexplicable decisión.

Blandi, entonces, aún no está para jugar los 90 minutos y por eso Troglio se limita a ponerlo en los segundos tiempos y en ese puñado de minutos trata de obligar a los defensores y generarse espacios pero no es una tarea sencilla anotar en esos escaso tiempo. ¿Será el momento de su titularidad contra Atlético Tucumán?

El mal de goles maniata a San Lorenzo. Aun cuando presenta una mejora en sus intenciones, la falta de efectividad es un gol en contra que por ahora no puede revertir.

Por @LanzillottaOk