Cinco golpes hasta el knock out
En el Monumental, San Lorenzo se llevó el peor resultado de los 24 partidos oficiales disputados en el año. Un golpe durísimo para un plantel que terminó muy golpeado. Repasamos la campaña azulgrana.
A principios de febrero San Lorenzo disputó su primer partido de la temporada con un 2-2 ante el ascendido Patronato en Paraná. Cuatro días más tarde goleó 4-0 a Boca en Córdoba para quedarse con la Supercopa Argentina.
Después vinieron tres triunfos más todos por el torneo local ante Sarmiento, Olimpo y Vélez hasta que llegó el debut en la Copa Libertadores. Un San Lorenzo totalmente inofensivo, que en la altura, no pudo mover las piernas ante la Liga Deportiva Universitaria que obtuvo con un 2-0 el único triunfo en la competición. El primer golpe.
Esa derrota empezó a mostrar las falencias del equipo que hasta ahí y en el plano estrictamente oficial parecía muy sólido. A esa caída se le sumaron seis partidos sin victorias entre Campeonato y Copa y en esa racha negativa definitivamente perdió el tren en la Libertadores y parecía haberlo perdido en el ámbito local: igualdad ante Toluca como local y doble empate ante Gremio, más igualdades ante Huracán y Gimnasia y derrotas ante Arsenal y Quilmes daban cuenta de un plantel devastado. El empate ante Gremio de local y la caída 0-3 ante Quilmes fueron los dos nuevos golpes que sufrió San Lorenzo.
Vino el descanso por la fecha doble de eliminatorias que le vino muy bien al equipo ya que pudo revertir uno de los frentes, el campeonato local, ya que en la Libertadores la caída en el final ante el Toluca fue otro episodio doloroso por la forma y porque definitivamente marginó al Ciclón de la máxima competencia continental. Cuarto golpe.
En el torneo doméstico hilvanó siete triunfos al hilo en el que se incluye tres clásicos y dos partidos muy importantes ante Godoy Cruz y Rosario Central, los candidatos al título. La racha se vió arruinada con el empate en la última ante Banfield jugando muy mal y perdiendo a un hombre fundamental, Néstor Ortigoza. Sin embargo haber superado a los mendocinos en la tabla hizo que en Boedo sea todo festejo.
En la definición ante Lanús las ilusiones estaban latentes porque era un partido de once contra once pero desde el primer minuto y hasta el último el Grana repitió lo que hizo durante todo el torneo, mientras que San Lorenzo volvió a mostrar su peor cara, la de Quilmes y la de la Copa Libertadores. El golpe del knock out final.