Los que parten y reparten...
Ya se conoce cómo se dividirán los premios de la Superliga para los clubes. En un escalón están Boca y River, y en otro -mundo- los demás elencos de la máxima categoría.
La Superliga finalizó, y es momento de dividir el dinero del ente organizador del campeonato de primera, entre todos los equipos que integran la máxima categoría del futbol argentino. Se sabía, de antemano, que el 50% porciento de la torta (una cifra cercana a los $1100 millones) iba a ir dividida en partes iguales entre todos los participantes de la élite argentina, así como también que un 25% se iba a repartir por la ubicación en la Superliga 2017/2018.
Ahora bien, la organización implementó un nuevo sistema para el 25% que sobra: Contemplará a la hora de la entrega del dinero, los títulos desde que el fútbol comenzó en la Argentina; incluyendo campeonatos relámpagos, torneos sin concluir y demás apostillas de color que ahora valen -mucha- plata. Además se contempla la cantidad de años en Primera desde la temporada 1985, y los títulos internacionales desde 1891 a la actualidad: La Copa Intercontinental está mejor valuada que la Copa Libertadores y en un tercer grupo, todos los demás títulos reconocidos por Conmebol (Sudamericana, Supercopa, Mercosur, Conmebol, Recopa, Interamericana, Suruga Bank).
En consecuencia, Boca y River se cortaron del pelotón -y eso que no se tomó en cuenta el rating-, abriendo una irrisoria brecha con los demás grandes. Por ejemplo, Boca cobrará alrededor de $74.000.000, mientras que San Lorenzo (ubicado quinto pese a estar tercero en la tabla histórica de AFA) percibirá $36.000.000, es decir, menos de la mitad. De San Lorenzo (catalogado por la Superliga como el peor de los grandes) para abajo, las distancias económicas son mínimas, haciendole perder sentido al top 5. Del Ciclón a Vélez (el mejor ubicado de los clubes chicos) solo hay cinco millones de diferencia. Increíble.
El futbol argentino tiende a cortar a Boca y River haciendo campeonatos atractivos para dos equipos, mientras que los que menos perciben, tendrán que hacer malabares para charlarles un título. Lo mejor que tenía nuestra liga se va a ir perdiendo con los años, y la competitividad que nos hacía atractivos, se dejará de lado para polarizar las coronas como en Francia, Alemania, España o Portugal.