Pipo de oro

Aquella temporada resultó inolvidable para Gorosito. Pipo venía de tener poco rodaje en River y encontró en San Lorenzo su lugar. A pesar de algunas dudas en sus desempeños iniciales Gorosito, se ganó un lugar pronto por su impecable pegada y su elegancia para jugar al fútbol en el equipo que entrenaba el “bambino” Veira.

En la fecha final del campeonato 88/89 San Lorenzo recibió a Gimnasia en la cancha del “globo” de Parque Patricios y venció en un partido chato y olvidable por 1 a 0, con un tanto de Gorosito, que le permitió esa tarde coronarse como scorer del torneo, señalando gran parte de sus goles con tiros libres o penales. San Lorenzo se presentò ante el “lobo” con Docabo (que esa tarde debutò en el arco azulgrana); Malvàrez, Marchi, Coloccini y Zacarìas; Siviski, Bernuncio, Gorosito; Ferreyra, A. Acosta y Ahmed.

El único gol fue a los 28m cuando con un tiro indirecto a favor dentro del área platense, Gorosito la tocò a Marchi, quien de espaldas al arco y delante de la barrera la frenò, para que Pipo le pegara fuerte y a ras del piso. La pelota pasò la muralla de hombres y fue junto al palo derecho de Moriconi.

El Ciclòn finalizò en el quinto puesto, jugando luego la liguilla pre-libertadores, donde eliminò a Talleres, Argentinos y Boca, a quien goleò en la segunda final por 4 a 0, ganando la etapa de la ronda de ganadores, pero cayendo luego de forma injusta con River en la clasificación final a la copa por una reglamentación absurda. En esos partidos de liguilla, Gorosito señaló cuatro goles màs, terminando nada menos que con 24 goles en la temporada y siendo luego transferido al Tirol de Austria. Un año inolvidable para Pipo.