Vení, Torri, firmá acá
El regreso de Sebastián Torrico al arco y pleno representa una gran oportunidad para empezar a remendar la carencia de símbolos vigentes con sentido de pertenencia. San Lorenzo debería renovarle el contrato urgente.
“Braghieri llegó hace poco y venía siendo el capitán del equipo porque San Lorenzo no tenía otros jugadores activos con mucho tiempo y que sean representativos del club”. La frase la dijo Gonzalo Rodríguez el último viernes en Mundo Azulgrana Radio y es lo que muchos cuervos piensan. La anemia de referentes en actividad es cosa seria desde hace tiempo en el Ciclón. Y es una problemática que va más allá de la actualidad del primer equipo: repercute hacia abajo porque los pibes del club no tienen a quién mirar.
El regreso de Sebastián Torrico representa una gran oportunidad para empezar a remendar esta falencia. El arquero volvió a atajar a sus 41 años tras una inactividad de 13 meses, producto de la pandemia y de la luxación del hombro derecho en noviembre pasado. Y en dos partidos, principalmente en la tarde-noche con triunfo por 2-1 en el Monumental, el Condor demostró su vigencia.
“Tengo muchas ganas de seguir jugando un año más”, confesó Torri en una entrevista a Clarín horas después de ser figura en Núñez. Y el teléfono debe ser atendido de modo urgente por la dirigencia azulgrana. El ídolo quería esperar para ver cómo se sentía tras la operación y cómo volvía a jugar. A la vista quedó su vigencia.
San Lorenzo no debería dejar pasar mucho tiempo para sentarse a charlar con Sebastián Torrico y anunciar su renovación por otra temporada. Se trata del último gran ídolo en actividad de la institución. Pero, además, se trata de una persona que jamás generó un conflicto, que nunca quedó en el ojo de la tormenta por conventillos de vestuarios, que siempre se mostró bien predispuesto con el club, que es querido por todos y que hace de la humildad, el trabajo y la perseverancia un ejemplo. Un espejo ideal en el que los juveniles de la cantera deben reflejarse.
A fin de junio de este año su contrato caduca. Ya dejó expuestas sus ganas de continuar vestido de santo y las fundamenta con sus guantes angelados bajo los tres palos. Su renovación inmediata sería, por un lado, un gran gesto con el jugador señalado por una gran mayoría como el mejor arquero de la historia de San Lorenzo; y por otro, una buena manera de empezar a cuidar a qiuenes más dieron por esta camiseta y bajar un mensaje de sentido de pertenencia y arraigo a los más chicos y a los no tan chicos…