Montero y la delgada línea de saber hasta cuándo

El DT de San Lorenzo remarca siempre que "la actitud no se tranza", pero sus dirigidos siguen sin responder en el campo. ¿Cuál es el límite del charrúa para continuar en el cargo?

La continuidad de Montero podría depender del partido de lunes. Foto: San Lorenzo

La continuidad de Montero podría depender del partido de lunes. Foto: San Lorenzo

“Lo que no se tranza es la actitud”. Esta es una de las frases de cabecera del Paolo Montero director técnico. La dijo con voz en alto en el día de su presentación en San Lorenzo para bajarle línea de entrada a sus dirigidos. Y la reitera en cada conferencia de prensa posterior a los partidos. Pero ya van cuatro encuentros consecutivos en que el equipo va en retroceso, con derrotas por goleadas o que merecen serlo y sin la chance de marcar algún gol. Y, al margen del descalabro futbolístico que se refleja sobre el césped, hay un grave problema de carácter.

La pregunta, entonces, se dispara como flecha tras una nueva frustración en fila sin reacción suficiente a la vista: ¿Hasta cuándo aguantará Montero si es que sus jugadores continúan sin demostrar el corazón necesario para sacar adelante los compromisos? ¿Cuál es el límite para seguir intentándolo?

Suele ser un leimotiv de los entrenadores cuando los resultados positivos no aparecen decir que mientras se vea voluntad, coraje y ganas en el plantel de revertir el mal momento todavía hay esperanzas y posibilidades de continuar trabajando para ello. Muchos de los técnicos que optan por dar un paso al costado lo hacen con el argumento de no ver respuestas en los futbolístas.

Y no siempre pasa por una camarilla o que no exista un vínculo fluido entre la cabeza del grupo y el grupo propiamente dicho. A veces el DT se queda sin herramientas para insistir en una idea luego de probar con los recursos a su alcance. A veces el tiempo y las urgencias mandan. A veces no se encuentran explicaciones tan ligeras y el análisis se requiere más profundo.

En las primeras fechas, San Lorenzo no demostraba un buen juego, aunque suplía esa falencia con vergüenza deportiva. La garra que Montero metía cuando era un implacable defensor parecía haberla trasladado al Ciclón. Pero eso se desvaneció de un fin de semana a otro. Y hace cuatro jornadas que la apatía gobierna al equipo, con los Romero, sin los Romero, con Ortigoza, sin Ortigoza, con línea de cuatro o con línea de cinco defensores.

¿Qué más le queda por hacer al uruguayo? ¿Tiene otras variantes para echar mano? ¿Qué ve para sentir que todavía puede dar vuelta este presente negro? Aferrarse a los 15 minutos de algo parecido a una reacción que se vio en el segundo tiempo en La Plata (que claramente no alcanzó) parece ser una soga muy debil de dónde sostenerse. Pero allá va Montero, ya inmerso en la ruleta rusa del partido a partido que suele terminar con la crónica de una muerte anunciada.

Todo indica que el lunes es el límite.

Por Nahuel Lanzillotta

Mundo Azulgrana

@mundoazulgrana

Sitio web y programa de radio dedicado al Club Atlético San Lorenzo de Almagro

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