San Lorenzo perdía, lo empató y pudo haberse llevado algo más ante Central

Se siente cómodo de contraataque este San Lorenzo de Rubern Darío Insua, se sabe. Pero todavía debe trabajar y mucho para mejorar su postura cuando el partido le pide protagonismo. Eso le pasó en el Nuevo Gasómetró ante un Rosario Central que se la pasó cortando el juego con faltas y propuso el roce por sobre el fútbol. El equipo de Boedo no tuvo fluidez y careció de profundidad, pero otra vez dejó tranquila a la gente por su entrega.

Desde el orden y aprovechando un par de malas salidas desde el fondo azulgrana, Central empezó empujando más en la fresca tarde del Bajo Flores. Con Facundo Buonanotte como bandera de su fútbol, el equipo del Apache intentaba en los priemros minutos acercarse al arco de Augusto Batalla, mientras San Lorenzo hacía lo posible para acomodarse tras un comienzo con imprecisiones.

Un tiro libre muy bien ejecutado de Nicolás Fernández Mercau desde la derecha fue teledirigido hacia la cabeza de Adam Bareiro, que apuntó afuera del arco en la más clarita del Ciclón. Cuando desde el juego no se puede, bienvenida sea la pelota parada.

Además de meter a Vombergar por el Perrito, Insua decidió para este duelo incluir a Gonzalo Maroni por Agustín Giay, pasando Jalil Elias al carril derecho. No pareció una maniobra acertada: Maroni fue una máquina de pifiar pelotas, sufrir pérdidas y dejar al equipo mal parado atrás y ejecutar bajos los tiros libres.

Es que los tiros libres fueron los protagonistas de una primera parte muy cortada por infracciones de ambos lados. De fútbol fluido, poquísimo. Otra de Bareiro: de un tiro de esquina la tuvo el paraguayo en el corazón del área, sacó la volea de derecha y fue a las manos de Gaspar Servio. El guaraní pone todo, pero acumula varios partidos ya sin verse con el gol.

Desde la claridad de Juan Ignacio Méndez en el círculo central, San Lorenzo equilibró el peso del encuentro y el elenco rosarino ya no tenía tantas libertades para tocar. Lo que le faltaba al local era profundidad. Se notó la ausencia del desequilibrio de Barrios. Vombergar no entró tanto en acción como contra Racing por el sector derecho. Y Bareiro erró las dos que tuvo en el área.

El Gallego tomó nota y cambió en el entretiempo: Adentro Giay y Barrios por Maroni y Vombergar, respectivamente. Elias se reacomodó en el medio al lado de Méndez y San Lorenzo intentó volver a conectarse. Cerutti pasó al sector derecho. Pero ante cada avance azul y rojo, Central llevaba todo al plano del roce para frenar el juego.

El Perrito, cuando podía, hacía de las suyas por la izquierda. Un desborde suyo terminó con el centro y la pelota del otro lado para la subida de Giay, que sacó un remate que pareció más un centro y se fue muy desviado. Pero, más allá de la floja resolución, fue un intento saludable en medio de un duelo pobre, gobernado por las infracciones y los pocos espacios.

La sorpresa llegó faltando 15 minutos para el final. Un tiro libre al borde del área para la visita desencadenó en una definición espectacular de Malcorra de zurda. Batalla terminó adentro del arco con la pelota. Golazo y balde helado en el Nuevo Gasómetro porque Central había dejado de atacar y se encontró con una infracción evitable a un metro del área grande.

Era injusto. Y la injusticia duró muy poco. En la tarde de las pelotas quietas, el empate legó a los dos minutos con una tremenda volea de Federico Gattoni, que entró como un rayo por atrás de todos y conectó el tiro libre de Fernández Mercau.

San Lorenzo lo encerró al final y quedó la sensación de que pudo haberse llevado algo más. Pero todo quedó una igualdad que no terminó de conformar.

Por @LanzillottaOk