San Lorenzo pudo golear a Palmeiras pero en el final, el equipo brasileño le sacó un empate en el debut copero

San Lorenzo se quedó con sabor a poco. En un partido en donde mereció golearlo tras tener siete situaciones de gol, empató 1-1 frente a Palmeiras en la primera fecha de la Copa Libertadores.

El Ciclón sabia que no era una noche cualquiera. Más de 1000 días tuvieron que pasar para que el equipo vuelva a tener un partido en la Copa Libertadores. Sabiendo que el rival que le tocó en el debut era el más complicado del grupo, Ruben Dario Insua preparó el once con un cambio con respecto al clásico ante Boca: el ingreso de Francisco Perruzzi por Gonzalo Luján. 

Apostando a la línea de cuatro en el fondo que de a poco le empezó a dar resultado, el Ciclón salió al Nuevo Gasómetro con hambre de revancha, recordando como fue su eliminación de la Copa Sudamericana el año pasado.

El tiempo del partido lo comenzó manejando San Lorenzo. Con Elian Irala mejor posicionado al tener a Perruzzi al lado, el mediocampo se adueñó del juego y comenzaron a crecer en el ataque por las bandas. Sin embargo, la primera jugada clara del partido fue para la visita: un cabezazo que Facundo Altamirano logró contener con su cara, con la suerte divina jugando a su favor.

Pero el conjunto azulgrana respondió. Un centro de Ivan Leguizamón por la izquierda le dio la oportunidad a Adam Bareiro de cabecear, pero la pelota pasó rozando el segundo palo. Tras esa jugada, Cristian Ferreira tuvo su chance luego de una carambola en donde el balón le quedó en el borde de la medialuna. Pero el remate fue bien contenido por Do Nascimiento.

Y la tercera fue la vencida. Continuando con la insistencia y el envión anímico de la gente desde las tribunas, San Lorenzo sacó provecho de un corner a través de Jhohan Romaña, quien se elevó más que toda la defensa de Palmeiras y de cabeza convirtió el 1-0. Primer tanto del partido, primer grito de gol con la azulgrana.

Pero los de Boedo no se conformaban. A sabiendas de la importancia que los goles tienen en esta competición, siguió yendo a buscar el partido esta vez desde los pies de Leguizamón, quien quedó mano a mano y pese a una gran definición el arquero contuvo lo que seria el 2-0. Pero Palmeiras intentaba reaccionar. Dos jugadas después Rony tuvo la oportunidad clara de empatar las cosas con una gran chilena que Altamirano tapó de forma magistral.

Para el complemento San Lorenzo mantuvo la misma idea que en el primer tiempo: adueñarse de la pelota y buscar dañar al rival con los ataques por afuera. Y lo consiguió. Sin tanta claridad como en los primeros 45 minutos, el equipo continuaba con sus centros con el objetivo de lastimar por arriba. 

Pero Palmeiras no se quedó atrás. A sabiendas de que el equipo alternativo que Abel Ferreira dispuso no estaba funcionando, movió el banco con cuatro cambios que empezaron a darle al conjunto brasileño ese peso en el mediocampo que antes no pudo tener.

Con el desgaste físico comenzando a ser protagonista en el Ciclón, los brasileros se adueñaron poco a poco de la posesión de la pelota y con ella generaron peligros claros para el arco de Altamirano. No obstante, y apostando al juego de contra, San Lorenzo tuvo la oportunidad de estirar el marcador en dos ocasiones: Diego Herazo, quien ingresó por un lesionado Ferreira, tuvo una gran jugada individual que finalizó en un zapato que pegó en el travesaño del arco rival. Unos minutos después, y con el contraataque comandado por Barrios, Bareiro tuvo una nueva jugada clara pero su pelota se fue por encima del arco.

A pesar de generar de forma constante, la suerte no jugó a favor del local. Un tiro libre ejecutado por Piquerez Moreira les dio el empate faltando 15 minutos para el final del encuentro.

Ya con el final del partido acercándose,  San Lorenzo siguió yendolo a buscar a través de remates de Malcom Braida que pasaron cerca del arco. En la última jugada la polémica tiñó el Gasómetro tras una falta no sancionada sobre Agustín Giay en el área.

Con sabor a poco, San Lorenzo empató ante Palmeiras en un partido donde claramente mereció más pero no pudo aprovechar.